Los obispos hondureños confían en que Iris Xiomara Castro trabaje por los más pobres, por la dignidad de la persona, el derecho a la vida y el respeto al matrimonio y la familia
El pasado 28 de noviembre, en Honduras se llevaron a cabo elecciones generales, en las que se eligió como presidenta a Iris Xiomara Castro, a quien los obispos de ese país pidieron trabajar por los más pobres, por la dignidad de la persona humana y el derecho a la vida, así como por el respeto a la institución del matrimonio y la familia.
Tras felicitarla, los obispos también le pidieron a la política hondureña de 62 años un ejercicio de la administración pública que promueva un auténtico desarrollo y crecimiento del país y de cada familia hondureña, buscando en todo momento el bien de los más desprotegidos.
“Nuestra esperanza es que siga habiendo esa reconstrucción de una Honduras en desarrollo, en paz, con respeto a la vida y a la dignidad de la persona”, señalaron.
La Conferencia Episcopal de Honduras también felicitó a los ciudadanos que acudieron a votar en las elecciones generales: “Reconocemos y aplaudimos el valor, la madurez y el compromiso de la población, expresados”. Calificaron la participación de los hondureños como extraordinaria, en paz y con transparencia. “Fue un día vivido en oración y con esperanza. El pueblo ha vivido el proceso electoral como una verdadera fiesta cívica, durante y después de las elecciones”.
En el proceso electoral también fueron elegidas autoridades edilicias para los 298 municipios del país, además de los diputados al Congreso Nacional.
En el comunicado, firmado por el obispo de San Pedro Sula y presidente del episcopado hondureño, Ángel Garachana, así como por el secretario del organismo, Emigdio Duarte, los obispos también expresaron su preocupación por las voces que señalan que se ha efectuado un fraude en algunos niveles electivos.
Por ello, hicieron un llamado a los entes responsables a prestar la debida atención a estos reclamos y a resolverlos de manera expedita y en base a la ley. “Por el bien de nuestro país, no pueden quedar dudas sobre la transparencia en el recuento de los votos y el respeto de la decisión de los votantes”, dijeron.
Tras recordar que la Iglesia siempre ha apoyado el justo desarrollo de los pueblos, cimentado sobre la base sólida de los valores fundamentales, humanos y cristianos, de cada persona y de la sociedad, el episcopado hondureño se sumó a aquellos aspectos que la presidenta electa ha señalado como prioridades de su gobierno: la erradicación de la pobreza, la lucha contra la impunidad, la generación de empleos, la dignificación del sistema de salud y de educación.
“Ya el papa Pablo VI había presentado el desarrollo de los pueblos como el paso de condiciones de vida menos humanas a condiciones de vida más humanas: esto es un verdadero acto de justicia y de solidaridad”, recordaron. También consideraron prioritario, para el próximo gobierno, implementar y fortalecer el ejercicio del diálogo, la reconciliación y la acción, porque Honduras lo necesita y lo demanda”.
Finalmente, hicieron votos para que los próximos cuatro años sean para los hondureños un tiempo de nuevas oportunidades. “Que las autoridades electas, trabajando por el bien común, tengan la capacidad de proyectar a Honduras hacia un futuro próspero y de bienestar integral para todos, en especial para los más pobres, con planes a corto, a mediano y a largo plazo”.