La que fuera ministra de Educación y portavoz del Gobierno de coalición, Isabel Celaá, está a un solo paso de convertirse en la nueva embajadora de España ante la Santa Sede. Tan solo estaría a la espera del plácet vaticano, que no tiene porqué demorarse ni suponer traba alguna para dar luz verde a un nombramiento que estaría promovido directamente por el presidente del Gobierno.
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Así lo adelantó Irene Castro en ElDiario.es y ha podido ser confirmado por Vida Nueva de fuentes vaticanas. Hay quien interpreta que el nombramiento de Celaá busca ser una compensación del propio Pedro Sánchez a la que fuera una de las personas de confianza de su Ejecutivo, a la que tuvo que ‘sacrificar’ el pasado verano en la remodelación de Moncloa y con la que, de alguna manera se sentía en deuda por haber sacado adelante la reforma educativa, una de las principales señas de identidad de la legislatura socialista.
La artífice de la LOMLOE
Efectivamente, la política vasca de 72 años está detrás de la llamada LOMLOE hasta tal punto que directamente se la ha rebautizado coloquialmente como ‘Ley Celaá’. Cuando fue designada para el cargo de ministra, en un primer momento en el ámbito eclesial se la identificó como ‘aliada’ en tanto que es una mujer católica.
Sin embargo, a medida que se fue conociendo el contenido de la normativa, se topó de frente con la resistencia de la escuela católica, debido a que dejaba en el aire la sostenibilidad del sistema de conciertos privilegiando a los centros públicos. Tal fue el clima generado que el pasado otoño se multiplicaron las manifestaciones rechazo a esta reforma legislativa en las llamadas ‘mareas naranjas’ hoy rebajadas.
En paralelo, su relación con los obispos no ha sido de especial tensión. Más bien, lo contrario. A pesar de haber reducido la presencia de la asignatura de religión al mínimo de horas lectiva, dejar que sea computable para el expediente y eliminar la asignatura espejo, sí logró un clima de cordialidad a la hora de poner en marcha la elaboración del nuevo currículo de la asignatura confesional.
Celaá dará relevo a Carmen de la Peña Corcuera, que justo acaba de cumplir tres años de presencia en Roma. De la Peña ingresó en la carrera diplomática en 1979 y acumula experiencia en China, Brasil, la ONU, relaciones con África… Como embajadora ha estado al frente en Israel y Etiopía.