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La Iglesia cordobesa, preocupada por las consecuencias de los juegos de azar

La Pastoral Social de Córdoba cuestionó el momento para activar esta práctica, y avaló la cultura del trabajo y el esfuerzo





El equipo de pastoral social de la arquidiócesis de Córdoba difundió un comunicado en el que expresa su preocupación ante la inminente implementación de los juegos de azar.



El equipo consideró que este preocupante tema tiene varias aristas y perjudica a personas con adicción al juego. Por eso, a modo de propuesta, titularon la declaración: “Apostemos por la cultura del trabajo y el esfuerzo”.

Situación social

Se cuestionan la oportunidad de debatir esta temática a esta altura del año, cuando la pandemia no terminó aun y la situación social es muy delicada.

Creen que hay que redefinir las prioridades en un país con el cincuenta por ciento de pobres y con un nivel educativo altamente perjudicado por la pandemia.Urge generar leyes que favorezcan la creación de trabajo genuino y contribuyan a mejorar la educación. Invertir tiempo, energía y recursos para resolver el drama de la pobreza es lo esencial y prioritario”, remarcaron.

Para ellos, el juego atenta directamente contra la cultura del trabajo y contribuye al empobrecimiento, al generar la ilusión irrealista de ganar dinero sin esfuerzo. Además, favorece la adicción como patología: la ludopatía.

Insisten en que el trabajo y la educación son los pilares esenciales para construir la dignidad de toda persona y una sociedad que quiera prosperar, por lo que resulta imperioso y apremiante invertir “con urgencia” en esfuerzos y tiempo en crear leyes que favorezcan la cultura del trabajo y del esfuerzo. 

Consecuencias de la pandemia

La pastoral social cordobesa aseguró que la pandemia dejó muchísimas consecuencias psicológicas, y se ha comprobado que durante este tiempo aumentaron las adicciones. “El estado debe proteger al frágil, no exprimir su fragilidad. La adicción al juego es una enfermedad“.

Los miembros del equipo manifestaron que el juego “online” favorece que las personas con ludopatía tengan acceso más fácilmente y por tanto se exponen más a aquello que les hace mal. Por lo tanto, consideran muy delicado fomentar el juego como estructura lucrativa, ya sea por parte del Estado o privatizadas.

Por este motivo, confían en que con un debate serio y responsable se puedan revisar las prioridades en aquello que la sociedad necesita para vivir mejor y salir de semejante crisis que atravesamos. Finalmente, sostuvieron: “Pongamos las prioridades por delante para construir una sociedad mejor que bastante mal la está pasando”.

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