Cono Sur

Argentina: Ojea señaló las prioridades de la Iglesia local durante los próximos años

  • El presidente de la Conferencia Episcopal críticó a los medios de comunicación y al integrismo religioso
  • El también obispo de San Isidro dijo que ambos sectores se han unido para denigrar sistemáticamente a la Iglesia, a través de la figura del papa Francisco





El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Oscar Ojea, compartió, a través de un video, las urgencias de la Iglesia argentina, según lo evaluado durante su gestión como titular de la CEA.



Comentó que, durante la Asamblea Plenario del Episcopado, compartió con sus hermanos algunas ideas sobre los desafíos que enfrenta de la Iglesia católica para los próximos años.

El desafío misionero

El primer reto es el desafío misionero, planteado por el papa Francisco, en Evangelii Gaudium, en la que expresa: “sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo” (EG 27). La Iglesia sirve para este único fin, para evangelizar.

Ojea recalcó que la pandemia dejó “profundas huellas de enojo, tristeza, desilusión y miedo”. La Iglesia misma fue afectada por ella con la pérdida de muchos de sus miembros. Esta es la realidad y el contexto que tendrá la salida misionera de la Iglesia.

La primera actividad misionera es escuchar: “Toda misión comienza con una escucha de aquellos y aquellas con quienes me voy a vincular”. Cree que, junto al Pueblo de Dios que evangeliza, se deben “llevar adelante esta profunda conversión pastoral y misionera”, con la que la Iglesia argentina -reconoció- está todavía en deuda”.

El Sínodo

El presidente del episcopado mencionó el segundo desafío: el Sínodo, en esta etapa de la fase diocesana. Dijo que la Iglesia sale a escuchar en un mundo de oídos sordos, donde cada grupo escucha su propio discurso. El Sínodo revela la necesidad de volver a las raíces del bautismo. “Todo el pueblo evangeliza al pueblo”, sostuvo.

Luego, expresó que, ante el Sínodo, hay distintas reacciones y temores, y sentenció: “Desde este lugar de presidente de la CEA que vengo ocupando en estos años he visto con claridad a sectores de una mentalidad secularizada, muy enquistados en algunos medios de comunicación, que no vacilan en usar la desinformación, la calumnia y la difamación para agredir a la Iglesia buscando expulsarla del espacio público”.

También habló del integrismo religioso que no respeta la libertad de los demás, y alimenta la intolerancia y la violencia, añorando una Iglesia que imponga poder.

Desde su opinión, ambos sectores, de mucho poder económico y mediático, se han unido para denigrar sistemáticamente a la Iglesia, a través de la figura del Papa, impidiendo que su Magisterio pueda leerse de un modo directo.

Confía en que, durante este tiempo sinodal, la iglesia local puedan confirmar su identidad evangélica, con tenacidad y paciencia, en medio de la crisis cultural.

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