Este jueves 9 de diciembre un tráiler que llevaba ocultos y hacinados a casi 200 migrantes centroamericanos volcó en la carretera que va de Chiapa de Corzo a Tuxtla Gutiérrez, en el estado de Chiapas, dejando como saldo al menos 54 personas muertas y decenas de lesionados.
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A través de un telegrama dirigido al arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, el papa Francisco se mostró “vivamente apenado” al conocer la “dolorosa noticia del accidente de tránsito” y ofreció sus sufragios por el eterno descanso de los fallecidos.
En el telegrama también se lee que el Santo Padre expresa su profundo pesar a los familiares de las víctimas, junto con sus sentidas expresiones de cercanía y consuelo, y desea el pronto restablecimiento de los heridos.
El Papa también impartió “de corazón la confortadora bendición apostólica, como prenda de esperanza en Cristo Resucitado”.
Corrupción detrás del accidente
Por su parte, en un comunicado, el arzobispo de Tuxtla, Fabio Martínez, lamentó el hecho que -dijo– “pone en evidencia la corrupción que aún prevalece en torno al tema migratorio”. Y es que, de acuerdo con información de los medios de comunicación, el tráiler tendría que haber pasado tres puntos de revisión durante su trayecto.
“¿Cómo es posible que un tráiler lleno de migrantes pase desapercibido por los puntos de revisión? ¿Cómo es posible que se permita que decenas de personas viajen en esas condiciones inhumanas poniendo en peligro sus vidas? ¿Qué autoridades están coludidas para que pasen esas cosas?”, cuestionó el arzobispo.
“La sangre de estos hermanos clama al cielo”
Fabio Martínez señaló que este hecho se suma a “una larga lista de sufrimientos que padecen nuestros hermanos migrantes en su tránsito por nuestro país, y concretamente por el estado de Chiapas (…) Este lamentable hecho nos muestra el terrible drama que cotidianamente viven los migrantes en su paso por nuestra tierra”.
Por lo anterior, hizo un llamado a las autoridades para que esclarezcan lo ocurrido e implementen los mecanismos para que situaciones como éstas no se repitan. “Es momento para que se establezcan las condiciones para la tan anhelada ‘migración segura, ordenada y regular’, que tanto se necesita en medio esta crisis humanitaria”.
“La sangre de estos hermanos clama al cielo; la corrupción institucionalizada clama al cielo, la indiferencia ante el dolor de los migrantes clama el cielo“, concluyó el arzobispo.
Por su parte, a través de un comunicado, la Conferencia del Episcopado Mexicano ofreció su oración y solidaridad a las familias y hermanos “por esta lamentable tragedia. Que Dios nuestro Señor y Santa María de Guadalupe nuestra madre Santísima, los sostenga en esos momentos difíciles y les otorgue una pronta resignación”.
