El obispo emérito de Marajó (Brasil), Premio Internacional Jaime Brunet a la Promoción de los Derechos Humanos 2021
José Luis Azcona Hermoso, OAR, obispo emérito de Marajó (Brasil), ha recibido el Premio Internacional Jaime Brunet a la Promoción de los Derechos Humanos de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) 2021. Tal y como se recoge en el fallo, el jurado premia “su lucha incansable por la promoción y defensa de los derechos humanos en Brasil” y, muy en particular, “su firme actitud contra la explotación sexual y trata de menores y mujeres en este país desde 1985”, por lo que ha sido amenazado de muerte por las mafias locales.
El premio está dotado con 36.000 euros, que el agustino recoleto navarro que ha pastoreado la diócesis brasileña desde 1987 a 2016 destinaría a distintos programas de apoyo y protección de víctimas de trata llevados a cabo por la Fundación Ágape da Cruz, la Comisión Justicia y Paz y el Instituto de Derechos Humanos Dom José Luis Azcona.
El jurado destaca también en su fallo que la figura del premiado “es reconocida y admirada en la Amazonía oriental (Estado de Pará), tanto por las comunidades locales como por las autoridades judiciales del Estado”. Y añade: “La lucha del obispo se ha dirigido también contra la destrucción del medio ambiente y la sobreexplotación de los recursos naturales y la pesca en la región”.
José Luis Azcona (Pamplona, 1940) ha desarrollado su carrera en favor de los derechos humanos en Brasil, a excepción de un corto periodo de tiempo en Alemania (1966-1970), en el que trabajó como capellán de migrantes españoles. Según señala su candidatura, presentada por ARCORES (Red Solidaria Internacional Agustino Recoleta), sus artículos en la prensa local, a través de los que defendía a los trabajadores y trabajadoras, causaron polémica e hicieron que algunos empresarios pidiesen a sus superiores que no se le permitiera opinar de estas cuestiones.
Desde 1985 hasta la actualidad, José Luis Azcona trabaja en Brasil, donde se ha convertido “en un referente de la lucha en favor de los derechos humanos, sobre todo en una región que cuenta con los índices de desarrollo humano más bajos de todo el país”.
Según las palabras del premiado, “la trata de personas está estrechamente relacionada con otras tres actividades ilícitas: tráfico de armas, tráfico de drogas y explotación sexual de menores”. Y todo ello, según ha denunciado en numerosas ocasiones, con la connivencia del poder político y empresarial.
En 2009, tras años de este tipo de denuncias, impulsó la Comisión de Investigación en el Parlamento del Estado de Pará sobre la violencia y abuso sexual contra los niñas, niños y adolescentes en dicho Estado y, especialmente, en Marajó. En ella, informó de la implicación de políticos y empresarios en la captación de menores, que eran, en ocasiones, abordados en las escuelas y en las calles, a plena luz del día.