Entrevistas

Salvatore Cernuzio: “Algunas congregaciones solo quieren religiosas que sean obedientes y calladas”





Con ‘Il velo del silenzio’ (San Paolo), el periodista italiano Salvatore Cernuzio hace un servicio a la Iglesia católica en general y a la Vida Consagrada en particular: poner el foco sobre las terribles consecuencias de los abusos de poder y de conciencia sufridos por algunas religiosas dentro de sus congregaciones.



“Es un lento y agotador trabajo de deconstrucción de la persona”, lamenta una de las 11 monjas y exmonjas cuyos duros testimonios han sido recogidos por el autor, que trabaja en los medios vaticanos. El volumen destapa la necesidad de prestar una mayor atención y acogida a las religiosas que abandonan sus institutos.

PREGUNTA.- Tanto el relato de las religiosas como las entrevistas y artículos de expertos que ofrece en el libro reflejan que los abusos de poder y de conciencia no son episodios aislados. ¿Hay un problema estructural? ¿Dónde está la raíz?

RESPUESTA.- La clave está en la falta de apertura hacia el exterior. Puede parecer algo banal, pero no lo es. Este encierro dificulta que reciban ayuda externa. Cuando una monja tiene ataques de pánico, depresión u otros problemas de salud mental, ¿por qué no pedir ayuda a un psicólogo? Los monasterios, conventos e institutos son en ocasiones como islas en las que rige la arbitrariedad, y la autoridad está en manos de una sola persona, formada a veces en un ejercicio erróneo de esa autoridad. Este mal se repite de unas a otras generaciones.

P.- ¿No se ha completado la reforma del Concilio Vaticano II?

R.- En algunos casos no del todo, de manera que se tiene la idea de que una persona cuenta con la autoridad suprema hasta para decidir sobre la vocación de los demás. Es una especie de clericalismo de los conventos del que habla el Papa. Sor Nathalie Becquart, subsecretaria de la Secretaría General del Sínodo, habla en el prólogo del estilo sinodal como antídoto para estos problemas. Las ciencias humanas pueden ayudar mucho a la Iglesia si no se enroca en sí misma.

Racismo

P.- Otro de los problemas es el racismo. ¿No se ha superado?

R.- Por desgracia todavía persiste, como en la sociedad en general. Lo encuentras en Europa y Estados Unidos y también lo sufren las religiosas italianas del sur cuando van al norte del país. En comunidades pequeñas, de ocho o nueve miembros, se puede llegar a casos extremos, como refleja uno de los testimonios. Son situaciones duras a nivel humano, más allá de ser o no religiosa, y sobre las que deberíamos reflexionar para lograr superarlas.

P.- Su libro revela situaciones de superioras que parecen desconfiar de la inteligencia y creatividad de las novicias. ¿Buscan algunas congregaciones que las religiosas sean uniformes y manipulables?

R.- Hay una preocupación latente por evitar escándalos. Esto lleva a algunos institutos a pensar que es mejor deshacerse de quien parece rebelde o hace demasiadas preguntas. Pero es triste comprobar que cuando una hermana se rompe un brazo o tiene un tumor, recibe mucha asistencia, pero si tiene un problema psicológico, en ocasiones surge un sentimiento de vergüenza que impide afrontarlo. La idea de fondo en algunas realidades parece ser conseguir que las religiosas sean como soldados, obedientes y calladas. Uno de los testimonios que recojo en el libro habla precisamente de la cultura del silencio.

P.- En ese ambiente puede resultar más fácil el encubrimiento de los abusos sexuales…

R.- Así es. Es lo que dice el Papa: el abuso de poder es la antesala del abuso sexual. Si tienes controlada a una persona y la tratas perennemente como si fuera menor de edad, el abuso sexual puede llegar tarde o temprano. Pero hay una diferencia entre abusos. El sexual es horrible, aunque quien lo sufre es consciente de ello. En cambio, en el abuso de poder y de conciencia, estas mujeres no se dan cuenta de lo que han pasado hasta mucho después. Piensan que es todo culpa suya, que es un castigo de Dios por no trabajar o rezar bastante. Tardan tiempo en tomar conciencia de que son víctimas. Por eso es tan necesario hablar del tema: es un problema que no resulta evidente, pero que lleva a muchas personas a la desesperación.

Compartir
Noticias relacionadas



Evangelio del día

Alicia Ruiz López de Soria, ODN







El Podcast de Vida Nueva