Con una nueva conformación, los obispos de la Conferencia Episcopal Argentina, participaron de la 189º reunión de la Comisión Permanente del episcopado, en la sede de la calle Suipacha de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Estuvo presidida por su titular, el obispo de San Isidro, Oscar Ojea. También participarán Marcelo Colombo, arzobispo de Mendoza y vicepresidente 1°, y dos obispos que estrenan su función: el arzobispo de Bahía Blanca y vicepresidente 2°, Carlos Azpiroz Costa; y obispo auxiliar de La Plata y nuevo secretario general, Alberto Bochatey. También se hizo presente, el Nuncio Apostólico en el país, Miroslaw Adamczyk.
Después de la oración conjunta y antes de iniciar el tratamiento del primer tema, se aprobó el nombramiento del subsecretario de la CEA, Matías Taricco, de la arquidiócesis de Mendoza.
Luego comenzó el intercambio pastoral sobre la realidad social y su incidencia en la vida eclesial con el informe de cada una de las regiones pastorales.
Durante la tarde, se expuso el camino iniciado para el próximo del Sínodo de los Obispos, que se está desarrollando en la fase diocesana. La presentación fue realizada por sus animadores: el arzobispo Colombo y Daniel Fernández, Obispo de Jujuy. También dialogaron sobre la experiencia vivida en la primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, organizada por el Consejo Episcopal Latinoamericano, CELAM.
Por su parte, Gabriel Mestre, obispo de Mar del Plata y presidente de la Comisión Episcopal de Catequesis, animación de Pastoral Bíblica, compartió con sus pares, de acuerdo al motu propio “Antiquum Ministerium”, el itinerario formativo para el ministerio de los catequistas.
Durante estas jornadas se realizaron los nombramientos en las comisiones episcopales para el periodo 2021-2024.
Durante la tarde de este miércoles visitarán al presidente de la República Argentina, Alberto Fernández.
En este especial período de Adviento, los obispos saludaron al papa Francisco, y le adelantaron sus felicitaciones en vísperas de su cumpleaños.
Manifestaron que la Iglesia local vive este tiempo sinodal “con intensidad y esperanza”, tratando de superar las debilidades, miedos y sufrimientos, surgidos a partir de la pandemia y la pobreza. “Estamos convencidos de que abriendo las puertas de nuestro corazón al Niño Jesús del Belén, viviremos su nueva luz y su consoladora presencia”, aseguraron los miembros de la Comisión Permanente.
Finalmente, le confirmaron la oración por su persona y su ministerio, le auguraron la compañía y la protección de María de Luján, y le pidieron su bendición para toda la Iglesia argentina.