Las hermanas Vedruna ponen nota al machismo en la Iglesia: 7,96. Así se recoge en los resultados de la encuesta elaborada durante el Consejo General Ampliado, que tuvo lugar en abril. “Nos jugamos mucho, nuestra propia credibilidad como Iglesia en el mundo de hoy”, afirma la general de la congregación, María Inés García, en un comunicado. Y es que las religiosas han resaltado el papel de la mujer en la Iglesia como una de sus prioridades hasta el capítulo general que celebrarán en 2023. De hecho, García anima a toda la Familia Vedruna a ahondar en la reflexión y en el compromiso con la igualdad “cada una en los espacios donde podamos hacerlo”.
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El 77,8% de las religiosas (provincias Vedruna de África, América, Europa, India, Japón y la delegación de Filipinas) considera que la cultura institucional machista “distorsiona el mensaje evangélico y aleja a muchas personas de la Iglesia”. Por contra, el 9,6%, advierte que la nítida distinción de roles de género “aporta seguridad doctrinal frente a las modas e ideologías de cada época”.
Una amplia mayoría (73,3%) opina que la Vida Religiosa femenina debería ser más crítica frente a la ideología patriarcal, mientras que el 7,2% cree que las religiosas deberían “suavizar estas reivindicaciones, que debilitan la comunión”.
“La ideología patriarcal impregna fuertemente la sociedad y condiciona la propia percepción de la realidad. Lo masculino constituye el canon, motivo por el cual puede hablarse de ‘genio femenino’ o de ‘teología de la mujer’, mientras que carece de sentido hablar de ‘genio masculino’ o ‘teología del varón’, por la equiparación implícita del varón a lo genéricamente humano”, afirman las Vedruna en el comunicado.
Entre 45 y 69 años, más críticas
Por edades, se reproduce un fenómeno similar en casi todas las provincias. El intervalo de hasta 45 años de edad es el que ofrece una visión más suavizada. Los dos tramos con actitudes más críticas son los intervalos entre 45 y 59 años, y entre 60 y 69 años, para descender muy ligeramente a partir de los 70 años.
El 43,3% de las religiosas encuestadas afirma haber sufrido “actitudes serias de discriminación” machista. Aunque algunos episodios se refieren a obispos o tienen como referente las instituciones diocesanas, la mayor parte de casos, sin distinción por ubicación geográfica, se refieren a los párrocos, que “solo quieren nuestra aportación si es desde el servilismo”, excluyen a las religiosas en la toma de decisiones o las tratan “como a menores de edad”.
En esta línea, una religiosa lamenta que, “cuando nos expresamos en un contexto grupal se necesita la voz de un hombre para explicar lo que queríamos decir”, dando por hecho que una religiosa no es capaz de expresarse adecuadamente por sí misma. Otra cuenta haber sido “expulsada de la parroquia, en público”, por criticar en una reunión del sínodo diocesano “la falta de información” por parte del párroco.
“Se confunde el feminismo con actitudes peligrosas”
Se echa en falta también un sentido crítico en la Iglesia frente a la ideología machista. “Se nos pide paciencia para cambiar situaciones de desigualdad y se encamina el tema hacia la espiritualidad para evadir el debate de un contexto patriarcal y excluyente”, protesta una religiosa. “Se confunde el feminismo con actitudes peligrosas”, añade otra encuestada.
Entre las causas del machismo en la Iglesia, la más señalada (3,85 sobre 5) es el “clericalismo”, seguida del “machismo en el entorno social” (3,58), “la inercia, el siempre se ha hecho así” (3,54) y, en último lugar, “el machismo de las propias religiosas o mujeres de Iglesia” (3,02).
Para avanzar hacia una mayor igualdad, el reto principal es una educación que fomente una mentalidad más inclusiva dentro de la Iglesia (4,29), seguida de “mayor presencia de mujeres en puestos de responsabilidad institucional” (4,24) y “dejar de vincular los ministerios de gobierno al sacerdocio (el sacerdote no tiene por qué ser el ‘jefe’ de la parroquia)” (3,97). La opción menos elegida es “abrir el sacerdocio a la mujer” (3,3).
Un pontificado que avanza en igualdad
Como recoge el informe, el 54,2% de las Vedruna considera satisfactorios o plenamente satisfactorios los avances en materia de igualdad durante el pontificado del papa Francisco; frente al 13,2% que cree que son insuficientes o muy insuficientes.
El trabajo fue presentado el pasado 4 de diciembre por la teóloga alemana Birgit Weiler, profesora en la Pontificia Universidad Católica de Perú y una de las coordinadoras del Documento para el Discernimiento Comunitario de la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe. Intervino también la religiosa Vedruna Inma Eibe, teóloga y enfermera, además de integrante del grupo musical Ain Karen, junto al autor del estudio, Ricardo Benjumea. Moderó la periodista Patrizia Morgante.
Según destacó la general, “existe una amplia concordancia entre la causa de la sinodalidad (mayor participación) y la igualdad de género. Eibe resaltó que, en los últimos años, se han dado “pasos importantes” contra la discriminación de la mujer. Importantes pero “insuficientes”. Hoy en la Iglesia “la desigualdad es una realidad objetiva que no debemos temer pronunciar, y que como toda desigualdad provoca mucho abuso de poder y mucho sufrimiento en muchas personas”, añadió.
Por su parte, Weiler considera que la igualdad de la mujer ha cobrado “una fuerza como no la habíamos tenido nunca”. Si bien el proceso va a ser largo y costoso, “cada vez más personas jóvenes mujeres y también hombres, con mayor acceso a una educación que les ayuda a reflexionar críticamente, no están dispuestos a aceptar más relaciones de dominio jerarquizadas, clericalizadas… ¿De qué Dios nos hablan si Dios prefiere al varón y solo quiere ser representado por el varón?, se preguntan. En este Dios no quieren creer”, subrayó.