Referentes de los cultos religiosos convocaron a una marcha de pacificación ante las situaciones de violencia y muerte que se vive en la ciudad
Este jueves 16 se realizó, en Rosario, la Marcha por la Paz organizada por la Iglesia evangélica, la Iglesia católica, por familiares y víctimas de la inseguridad, y las madres territoriales contra las drogas, entre otras organizaciones.
En el mensaje se preguntaron: “¿Dónde está tu hermano? Su Sangre clama al cielo”. Este interrogante, aseguran, los saca de la indiferencia.
La convocatoria fue motivada ante el sufrimiento y el dolor de tantos, “por la terrible situación de violencia en que está sumida nuestra sociedad. Nos duelen los homicidios, las balaceras, los arrebatos, la violencia contra el prójimo, la desvalorización de la vida. Nos duele que maten a los pibes del centro y a los de los barrios. Nos duele el narcotráfico y el lavado de dinero. Nos duele la corrupción”.
Reclaman, pacífica pero enérgicamente, a los tres niveles del Estado: desde el Gobernador de la provincia, Senadores y Diputados provinciales, la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe, al Fiscal General y los fiscales regionales, y a los Intendentes y miembros de los Concejos municipales.
Enumeraron exigencias a las distintas autoridades, teniendo en cuenta la responsabilidad de las funciones que ejercen.
Al Gobernador y su gabinete, una acción decidida, operativa e integral para combatir la inseguridad. También la confección de un listado con los temas prioritarios a ser tratados en el periodo de sesiones extraordinarias.
“Tenemos la convicción que el Estado debe dirigir el accionar de nuevas fuerzas de seguridad en prevención e investigación necesitamos un cuerpo profesional con conducción político institucional”, afirmaron las organizaciones. Opinaron que deben hacer una gran inversión en la tarea de inclusión social, con la educación, el deporte y la cultura, políticas públicas en materia de prevención, asistencia y reinserción, apoyando las iniciativas comunitarias.
Del mismo modo, priorizar la atención y auxilio a las víctimas de los delitos violentos y a sus familiares, escuchando sus reclamos y necesidades y garantizando los recursos y herramientas en los dispositivos de atención a la víctima.
A los senadores y diputados nacionales, la creación de nuevos juzgados federales y fiscalías, defensorías, y unidades especializadas en el combate contra el narcotráfico, lavado de dinero y la trata de personas. Asimismo, pidieron no dejar cargos vacantes y dotar los organismos con los recursos necesarios tecnológicos, humanos y científicos para desarrollar estas tareas.
Exigieron a la legislatura provincial agilizar el tratamiento de los proyectos de ley relativos a la renovación de la fuerza policial y su control, y de una ley de seguridad ciudadana e instrumentos que garanticen el desarrollo humano integral que reclaman los ciudadanos. Pidieron no priorizar las vacaciones.
También reclamaron la modificación inmediata del sistema de control del Ministerio Público de la Acusación que garantice la división de poderes.
A la Corte Suprema de Justicia provincial le exigieron apoyo, acompañamiento y la autonomía para las investigaciones estructurales contra el crimen organizado que impulsan Unidades Fiscales del Ministerio Público de la Acusación, y la celeridad para responder en temas que le atañen, sin dar lugar a la especulación política institucional.
Los pedidos también estuvieron dirigidos a los intendentes a quienes le pidieron “una gestión orientada al desarrollo humano, del hábitat y urbanístico de los sectores populares y de los barrios“. Hablaron de la necesidad de un verdadero trabajo en red con las organizaciones sociales, ONG y religiosas comprometidas con el trabajo comunitario.
Creen que los estados locales deben asumir el compromiso de invertir en políticas públicas referidas a las adicciones que padecen muchos niños, niñas, adolescentes y jóvenes. “Necesitamos equipos locales de niñez que den una respuesta eficaz y proporcional a la demanda”, expresaron.
A los Consejos Municipales le demandaron una mayor presencia y cercanía en los barrios de nuestras ciudades, más allá de los períodos.
Demandaron a los tres niveles de gobierno la creación de trabajo genuino, invirtiendo los fondos necesarios para crear un programa de construcción de viviendas populares y mejoramiento del hábitat, para que el Estado genere miles de puestos de trabajo.
Los referentes de la Marcha por la Paz pidieron a toda la sociedad, ante la difícil situación actual, acrecentar el compromiso solidario con el prójimo, superando la cultura de la indiferencia y el individualismo que tanto se ha extendido en nuestra comunidad. “Procuremos superar las grietas y barreras de rencor e intolerancia transitando hacia el diálogo y la comprensión del que es diferente a nosotros”, requirieron.
Las Iglesias comprometidas con esta causa, convocaron a través de una oración:
“Hoy alzamos nuestros ojos al cielo y Clamamos humildemente el favor de nuestro Dios para pedir que, “Venga tu Reino” sobre nuestras ciudades. Tu Reino de Justicia, Paz y Gozo para que podamos volver a caminar con libertad por nuestras calles. Que se escuchen las risas de los niños y los ancianos en las plazas y los parques. Que seamos una comunidad de corazón solidario, de familias contenedoras, con una cultura del trabajo. Hoy volvemos nuestro corazón a Ti, Señor, pidiendo: “Sana nuestra Tierra”.
El Señor promete la paz, la paz para su pueblo y sus amigos, y para los que se convierten de corazón. El Amor y la Verdad se encontrarán, la Justicia y la Paz se abrazarán; la Verdad brotará de la tierra y la Justicia mirará desde el cielo. (Salmo 85:9 -10.12)”.