“No comparto su punto de vista y encuentro su elección de palabras absolutamente inapropiada”, ha dicho el obispos
Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, ha sido el último en mostrar su asombro ante las declaraciones del cardenal Gerhard Müller acerca de las vacunas contra el Covid-19. Y es que el ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe afirma afirmaba en una entrevista concedida al Instituto San Bonifacio –instaurado por Alexander Tschugguel, el joven austriaco que tiró las figuras de la Pachamama al Tíber durante el Sínodo de la Amazonía–, que la pandemia del coronavirus se está utilizando para “poner a la gente a raya” y someter al sujeto al “control total”. Además, señala directamente a las “élites financieras” de querer ejercer este poder sobre los individuos a través del Covid-19.
Al ser preguntado por estas declaraciones en el Frankfurter Allgemeine Zeitung, Bätzing dijo que asumía que Müller hizo esta declaración como una persona privada. “Y tengo que decir que hay puntos de vista absurdos que promueven la división. No comparto su punto de vista y encuentro su elección de palabras absolutamente inapropiada“, dijo el obispo de Limburgo.
“Hay un grupo de personas que no están de acuerdo con las restricciones de la Corona y salen a la calle por ello. Son miles, pero, en realidad, son pocos en comparación con el conjunto de la sociedad, ya que la gran mayoría está dispuesta a ayudar y aceptar las restricciones”, explicaba Bätzing. “Por supuesto que tengo un problema con los teóricos de la conspiración”, aseveraba.
Por otro lado, Bätzing ha subrayado que “en esta situación, debe ser tarea de la iglesia promover el entendimiento mutuo”, en lugar de fomentar “las posiciones chocan y los frentes se endurecen”. Además, ha señalado que hay que apoyar a quienes están de acuerdo con las medidas del coronavirus “para que puedan convencer a otros que tienen dudas o temores. Para que no se solidifiquen en una burbuja que a veces es agresiva y violenta”.
Asimismo, el prelado ha expresado que, para él, la vacunación es “claramente un deber moral y solidario”. Sin embargo, el tema no pertenece al nivel de creencias. “Si dijera que Dios requiere que nos vacunemos, entonces eso iría demasiado lejos. Sé por qué algunos no se vacunan. Hay personas entre ellos que tienen preocupaciones y dicen, por ejemplo, que conocen el largo plazo efectos de las vacunas No. Puedo entender eso. Pero, por supuesto, tengo un problema con los teóricos de la conspiración “.