El juicio sobre las finanzas de la Secretaría de Estado es la prueba del algodón para la transparencia y la seriedad de la reforma de la Curia Romana. Sin embargo, los tiempos se dilatan y el procedimiento parece enrocarse. Por ello, el director editorial de los medios vaticanos, Andrea Tornielli, ha salido al paso de las críticas más insistentes a este proceso bautizado por los medios como el VatiLeaks 3.
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Tornielli destaca que este juicio es “una prueba sin precedentes” ya que “jamás en las últimas décadas la justicia vaticana se ha enfrentado a una investigación y un juicio tan complejos y con un número tan elevado de acusados”. El periodista destaca que el Vaticano no tiene tanta experiencia en macroprocesos como el que ha iniciado la compra de un inmueble en Londres. Una instrucción que ha implicado un “gran número de testimonios recogidos y el material informático utilizado, por el número y la gravedad de los presuntos delitos y, finalmente, por la complejidad de los distintos hechos entrelazados”.
Todo ello, gracias a la “investigación interna autorizada hace casi tres años por el papa Francisco” y que es “una verdadera ‘prueba de fuerza’ para el sistema judicial” vaticano. Y es que la legislación vigente en los delitos juzgados no está actualizada a cuestiones como “las escuchas telefónicas o la incautación y utilización de equipos informáticos”.
Las objeciones de la acusación
Sobre los cuestionamientos de la acusación al Promotor de Justicia –la fiscalía–, Tornielli destaca que estas estaban “basadas en diferentes interpretaciones de la ley aplicada en el caso concreto”. “Se trata de una fase que puede definirse como ‘fisiológica’, en la que la actividad desarrollada por la acusación se presenta ante el juez y las defensas son llamadas a realizar su imprescindible tarea”, apunta el director editorial que recuerda que el juicio debe celebrarse con todas las “garantías procesales”.
Este espíritu es el que ha motivado la petición del tribunal de depositar los documentos e interrogatorios del Promotor. Esto se hizo a través de las transcripciones con omisiones de “declaraciones que no son relevantes” o por razón de “confidencialidad”, según el criterio del Promotor. Esta cuestión no está zanjada pero se espera, asegura Tornielli, que “se podrá iniciar el tratamiento del fondo de todo el proceso, entrando así en el corazón de la fase de enjuiciamiento para examinar la ingente cantidad de actos y documentos que conforman el sistema acusatorio”.