“A nombre de la Conferencia Episcopal de Chile, le felicitamos por el triunfo electoral conseguido en el día de hoy, que lo llevará a asumir la Presidencia de la República a contar del próximo mes de marzo”, dicen los obispos iniciando su carta al presidente electo Gabriel Boric Font. A continuación, agregan que “el país le ha expresado un voto de confianza y le encarga una gran misión, destinada a dirigir los destinos de nuestra patria como primera autoridad y primer servidor”.
Gabriel Boric tiene 35 años por lo que será el presidente más joven que ha tenido el país. Obtuvo la mayor cantidad de votos en la historia electoral de Chile, con un 55,87% frente al 44,15% de los sufragios obtenidos por José Antonio Kast. Esta elección, además, marcó un récord de participación con un 55,6% del padrón electoral.
La carta de los directivos de la Conferencia Episcopal (CECh) continúa diciendo al presidente electo: “Rogamos a Dios que le regale su sabiduría y su fuerza, la que sin duda necesitará. La misión siempre es más grande que nuestras posibilidades y capacidades, pero confiamos que – con la colaboración de los ciudadanos, el trabajo de los diversos actores sociales y políticos, y la fuerza espiritual que viene de la fe y de las convicciones humanas más profundas – pueda enfrentar su tarea con generosidad, compromiso y prudencia”.
Firmada por el presidente de la CECh, cardenal Celestino Aós, y el secretario general, Sergio Pérez de Arce, obispo de Chillán, la carta concluye expresando: “La Iglesia Católica que peregrina en Chile quiere seguir contribuyendo, desde su particular misión, a construir una humanidad más justa y fraterna, donde especialmente los pobres y los que sufren sean respetados en su dignidad. Cuente con nuestro apoyo y oración, y con el aporte de nuestra acción pastoral, que desarrollaremos siempre con el debido respeto al orden democrático de nuestra patria y a sus autoridades legítimamente elegidas”.
Cierran el texto: “A nombre de los obispos de Chile, Paz y Bien”.
Una explosión de alegría y expresiones de fiesta se vivió anoche en las principales ciudades del país donde cientos de miles de personas salieron a las calles a celebrar. En Santiago, a pocas cuadras de La Moneda, se instaló un escenario desde donde Boric se dirigió al país.
“Sé que la historia no parte con nosotros, dijo el electo presidente en su discurso. Me siento heredero de una larga trayectoria histórica, la de quienes, desde diferentes posiciones, han buscado incansablemente la justicia social, la ampliación de la democracia, la defensa de los derechos humanos, la protección de las libertades. Ésta es mi familia grande, a la que me gustaría ver de nuevo reunida en esta etapa que ahora iniciamos”.
Continuó: “Compatriotas, seré el presidente de todos los chilenos y chilenas. De quienes hoy votaron por este proyecto, de quienes eligieron otra alternativa y también de quienes no concurrieron a votar”.
En Concepción, por su parte, el arzobispo Fernando Chomalí junto a otros dirigentes locales, respondió al diario El Mercurio expresando sus expectativas frente al nuevo gobierno. Señaló que espera “que se reconozca y valore el alma religiosa del pueblo de Chile”, que se valore la familia como “irremplazable fuente de felicidad”, que “promueva el trabajo por ser un camino privilegiado para superar la pobreza que aqueja a tantos chilenos; que promueva decididamente al débil que se encuentra en el útero materno, en la cama de un hospital, en la frontera indocumentado, en la calle sin techo, o con alguna discapacidad», dijo Chomalí.
El arzobispo de Concepción y vicepresidente de la CECh, agregó que espera que el nuevo mandatario dé ejemplo de probidad y haga lo necesario para “terminar con la corrupción, el amiguismo y los cuoteos de toda índole por ser una fuente importante de injusticias”.
“Que jamás avale bajo ninguna circunstancia la violencia bajo cualquier forma venga de donde venga; que reconozca el inmenso trabajo que hace la Iglesia y tantas otras instituciones. Espero, por último, que le vaya bien en su mandato presidencial», concluyó Chomalí.