La Conferencia Episcopal Española alaba el “diálogo social” e insiste en que queda pendiente el problema de “la falta de trabajo que afecta a millones de personas, especialmente jóvenes”
Tras el acuerdo entre patronal y sindicatos para llevar adelante una nueva reforma laboral, Abilio Martínez Varea, obispo de Osma-Soria y responsable de la Pastoral del Trabajo, y Antonio Javier Aranda López, director del departamento de la Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Española, han emitido un comunicado haciendo un llamamiento por “la dignidad del trabajo y el trabajo digno”.
Publicado este 23 diciembre de 2021, recuerdan que el papa Francisco ha insistido en la necesidad de buscar soluciones que “nos ayuden a construir un nuevo futuro del trabajo fundado en condiciones laborales decentes y dignas, que provenga de la negociación colectiva, y que promueva el bien común, una base que hará del trabajo un componente esencial de nuestro cuidado de la sociedad y de la creación. En ese sentido, el trabajo es verdadera y esencialmente humano. De esto se trata, de que sea humano”.
El Papa, recuerdan, reclama “dar prioridad a las personas que trabajan en situaciones precarias y vulnerables, acabando con las desigualdades” y, también pide “una correcta comprensión del trabajo, atendiendo particularmente a la relación entre trabajo y cuidado” de los trabajadores. “El trabajo está estrechamente vinculado al reconocimiento y el desarrollo de la dignidad de la persona”, reivindican en la nota.
Para la Conferencia Episcopal Española, “la legislación laboral tiene como objetivo fundamental colaborar a que se respete la dignidad del trabajo y que se realice en condiciones dignas, en definitiva, que el trabajo sea humano”. Por ello, esperan que la reforma contribuya “lo más eficazmente posible a eliminar las desigualdades en las relaciones laborales, a acabar con la temporalidad, la precariedad y la inseguridad laboral, a reforzar la negociación colectiva en condiciones justas y eliminar las desigualdades que deterioran las condiciones laborales de muchos trabajadores y trabajadoras”. Alabando el “diálogo social”, los obispos insisten en que queda pendiente el problema de “la falta de trabajo que afecta a millones de personas, especialmente jóvenes”.