“Son tiempos difíciles para todos. Los efectos de la crisis del 2008 se han visto profundamente agravados por los efectos de una pandemia cuyas consecuencias han generado una crisis sanitaria, económica y social que ha alterado enormemente nuestras vidas” ha advertido el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española en su mensaje de Navidad, emitido en Trece televisión durante la Nochebuena.
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Luz frente a la oscuridad
El purpurado ha recordado a “aquellos que viven en la oscuridad y en la intemperie, a aquellas personas que están sufriendo por diversas circunstancias: por motivos personales, por problemas de salud, por no tener trabajo, por la pérdida de un ser querido, por las consecuencias de las inclemencias de la naturaleza, como la erupción del volcán Cumbre Vieja y las inundaciones por la crecida del río Ebro…” Frente a la “oscuridad” de la situación ha destacado que “el Misterio de la Navidad que celebramos cada año, quiere penetrar en lo más profundo de nuestro corazón para alimentar nuestra esperanza y recordarnos que Dios se hace presente en la oscuridad y en la noche de la humanidad”.
Omella ha advertido ante la actitud de dejarse “dominar por las preocupaciones, las angustias y los miedos, hasta el punto de no poder mirar más allá de nosotros mismos, de quedar herméticos a la esperanza que viene de Dios”. “Ante este escenario de profunda incertidumbre, la Iglesia, la gran familia de los hijos e hijas de Dios, tiene y puede ofrecer más esperanza que nunca. Queremos ayudar y compartir el calor de la comunidad cristiana y el consuelo de la fe”, reclamó. Algo que representa María, “el gran testimonio de cómo puede cambiar la historia si una persona acoge esa Luz que viene de lo alto y que es capaz de transformarlo todo”, como se representa en la nueva torre de la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona. Además, recalcó, que “con nuestras acciones podemos colaborar con Dios en la edificación de un mundo más humano. Y si actuamos conjuntamente, sinodalmente, el fruto será abundante”.
Felicitación de CONFER
Desde la presidencia de CONFER, Jesús Díaz Sariego y Lourdes Perramon, presidente y vicepresidenta respectivamente, firman un mensaje conjunto para esta fiesta en el que recuerdan a los religiosos que “Dios hecho carne nos sostiene en el seguimiento personal de Jesús desde cada uno de nuestros carismas. Este seguimiento, más allá de las circunstancias de cada momento, nos devuelve la alegría de saber que Él está siempre con nosotros en el mundo. Su presencia se ofrece en nuestra capacidad de dar fruto, enraizados en Él”.
Los religiosos españoles recuerdan a los “seres humanos sin techo, hombres y mujeres presos de la prostitución y de sus extorsiones, del abuso denigrante de personas a las que se les ha arrebatado su rostro, su nombre, su dignidad”, así como a quienes sufren las consecuencias del volcán de La Palma. “El niño Dios nace especialmente para todos ellos. Su nacimiento es una gracia especial. Hacer memoria, celebrarlo cada año, es una de las mejores actitudes que podemos tener para seguir humanizando, según nuestras posibilidades, un poco más al mundo”, añaden.