Es lunes, y el Cumbre Vieja dejó de emitir lava hace cinco días. De continuar así durante cinco más, la noticia será oficial: el volcán se habrá apagado. Coincidiría con el día de Navidad. “No está nada mal la fecha, no. Al fin y al cabo, el 24 es un nacimiento y yo creo que este va a ser el renacer del valle de Aridane y de Los Llanos, por supuesto”, se ilusiona Noelia García, que a sus 49 años es alcaldesa del municipio de Los Llanos de Aridane desde hace diez.
Desde el pasado 19 de septiembre a la hora de comer, la lava comenzó a amenazar a su pueblo. Primero arrasó la localidad contigua de El Paso, después las casas y los cultivos de sus vecinos, hasta llegar al mar y crear más España. El barrio de Todoque no existe desde el 9 de octubre. La alcaldesa ha sido la portavoz de un lugar vulnerable, a merced de la naturaleza durante 88 días.
El récord registrado en una isla formada a base de magma. Entre una fecha y otra, el director de esta revista, allí desplazado, coincidió con ella en misa. Fue el día que una mujer, cuyo hijo lo “había perdido todo”, empuñó con sus manos artríticas unas flores silvestres para ofrecérselas a la Virgen.
“Estos momentos de dureza te ponen en la tesitura, te hacen dudar. Después te das cuenta, yo que soy creyente y practicante, que es Él justamente quien te da la fortaleza para sobrellevar esta situación, aunque en algunas ocasiones he tenido mis dudas”, reconoce la política, que siente, “más allá de un compromiso político, un compromiso personal”. “Yo siempre he dicho que para los creyentes, para cualquier tipo de creencia, el sentirse acompañado es fundamental”.
Noelia García se licenció en Psicología y ha sido orientadora de enseñanza primaria y secundaria en la Universidad de La Laguna. “Ni mucho menos he querido ejercer como psicóloga con los vecinos, pero es verdad que las herramientas de mi propia formación me han ayudado, quizás, a mí misma: también soy vecina y también veo el sentimiento de mis conciudadanos”.
Más allá de su propio estado de ánimo, que es el de una alegría contenida por el principio de un fin, evita dar un respuesta generalizada sobre cómo está su gente, si bien percibe algo en común. “Cada uno ellos vive el shock traumático de una forma determinada. Sí hay una sensación de incertidumbre, de cuándo se iba a apagar el volcán: pero, sobre todo, de cara al futuro, cuándo trabajarán de nuevo, qué va a pasar con sus hijos”.
Sin embargo, quizás sea esa formación psicológica la que ha hecho “enfatizar en la necesidad y la urgencia del apoyo psicológico individual y colectivo”. Se refiere a una “reconstrucción emocional más allá de la física”. Al sentimiento de pertenencia a una comunidad de unos vecinos “que quieren seguir siendo de Todoque o zonas concretas de Los Campitos, del Camino Pastelero o incluso del barrio de La Laguna”.
También hace referencia Noelia al papel impagable de Cáritas en todo esto. “Ha sido un pilar fundamental en Los Llanos de Aridane siempre. Además, en los últimos años junto con la UMAC [Unidad Móvil de Atención en Calle], que durante todo el COVID-19 ha sido un servicio esencial. Para nosotros, vital”. Alude “a todo su voluntariado y todos sus profesionales, siempre al lado de las personas que más lo necesitan”; gente cuya manera de obrar –desliza– esquiva cualquier fariseísmo. “Se dejan ver poco, pero hacen ese trabajo callado, sosegado, que llega al corazón de la gente”.
García guarda cautela al ser preguntada sobre por esa reconstrucción física y emocional a la que se refiere, siempre con la coletilla introductoria de “cuando finalice la erupción definitivamente”. Pero proyecta íntimamente lo que vendrá luego. Un lugar, el futuro, imposible sin la ayuda coordinada y prometida de las diferentes administraciones. Una isla, La Palma, a la que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha viajado hasta en siete ocasiones en los últimos tres meses.