En entrevista para Vida Nueva, el obispo Ramón Castro habla de los desafíos que asumirá en esta encomienda, del camino sinodal emprendido por la Iglesia y de la violencia que se vive en el país de cara a las elecciones de 2022 y 2024
El pasado 9 de noviembre, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), en su CXI Asamblea Plenaria, eligió al obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, como su nuevo secretario general, en sustitución del obispo auxiliar de Monterrey, Alfonso Miranda Guardiola. Ramón Castro se desempeñaba entonces como tesorero del organismo.
En entrevista para Vida Nueva, el nuevo Secretario General habla de los desafíos propios de su cargo, así como del camino sinodal por el que transita la Iglesia mexicana, y la violencia, como uno de los problemas más graves en el país, de cara a las elecciones estatales del 2022 y las federales en el 2024.
En primer lugar, Ramón Castro -quien en enero próximo estará cumpliendo 66 años- habla del cambio de época que se vive a nivel mundial, y sobre la cual los obispos de América Latina y el Caribe estaban advertidos desde la V Conferencia General del Episcopado en Aparecida, Brasil.
“Desde Aparecida se nos invitó a todos los obispos a hacer conciencia de este cambio de época; un cambio de época que ha traído crisis muy fuertes sobre todo en las instituciones; un cambio de época que ha traído a brillar lo que nuestro Papa Emérito nos había recalcado: la ‘dictadura del relativismo’, en donde esta realidad nos golpea y hay una crisis antropológica sin precedentes”.
Para el obispo, sería imposible enfrentar esta realidad sin ser conscientes de la enfermedad que se tiene y del difícil momento histórico. “Ojalá pudiéramos todos, pastores y laicos comprometidos, tener conciencia de ello y buscar la forma de salir adelante“.
En este sentido, dejó en claro que la evangelización es la solución a todo ello.
“Que Dios no nos estorbe, porque hay mucha gente a la que Dios le estorba, y hay un rechazo, un prejuicio, con respecto a la religión, a lo que puede ofrecer una vivencia profunda de la fe. Esa es una de las maneras más fuertes, firmes y claras de enfrentar esta crisis antropológica: Cristo, el hombre nuevo, ayer, hoy y siempre”.
Justo el día en que Castro Castro fue electo como Secretario General, la organización civil Causa Común reportaba 4,500 hechos de extrema violencia en el país durante el 2021, entre ellos, al menos 700 casos de mutilación, descuartizamiento y destrucción de cadáveres.
A pregunta expresa sobre hacia dónde debe dirigirse México para poder ser un país libre de violencia y cuál sería la contribución de la Iglesia en este sentido, el obispo aseguró que la respuesta no es sencilla, debido a que México vive un momento muy complicado en donde la paz ha desaparecido en muchísimos estados.
Una de las principales causas es el poder del narcotráfico: “Incluso, hay algunas partes de México que están en manos totalmente del narcotráfico, y eso crea esa lucha interna entre las diferentes mafias, y miles de miles de asesinatos. Creo que esto nos debe hacer reflexionar, abrir los ojos”.
Ramón Castro recuerda las palabras pronunciadas por el papa Francisco en 2016 durante su visita a México: ‘No se acostumbren a la violencia’. Para el obispo, esta es una de las cosas de las que el pueblo mexicano debe ser consciente, pues –dice– mucha gente se ha ido acostumbrando a la violencia, y eso es muy grave, “porque no nos permite luchar con el entusiasmo, la decisión y la claridad necesarias, por esa paz que tanto necesitamos“.
Tras señalar que las estrategias que se han realizado por parte de “quienes deben luchar y buscar la paz no han funcionado”, Castro Castro hizo hincapié en la importancia de generar sinergias entre instituciones para dar mayor fruto.
En este sentido, llamó a eliminar los prejuicios que permiten a las autoridades servirse de la gran infraestructura que tiene la Iglesia católica con sus templos en barrios marginales y lugares recónditos. “Desde ahí se puede hacer muchísimo, concientizando y evangelizando los corazones“.
El obispo -quien se ha caracterizado por ser una voz fuerte en la denuncia de la corrupción y la impunidad en México–, no se ha cansado de replicar la idea de que ‘entre más lejos esté el ser humano de Dios, más inhumano es; y entre más cerca esté el ser humano de Dios, más humano es‘. “Nos hemos hecho inhumanos porque nos hemos alejado de Dios”, aseveró.
Consideró que la Iglesia puede hacer mucho para “iluminar las mentes y los corazones para que Dios reine, y para que ese reino que Cristo ha venido a fundar se pueda consolidar. Habría tanto que ofrecer si hubiera un mayor colaboración y entusiasmo por ese trabajo conjunto“.
Con relación al proceso electoral que se llevará a cabo en 2024, donde habrá de elegirse al Presidente de México y se renovarán una gran cantidad de cargos federales, estatales y municipales, el obispo de Cuernavaca afirmó que es necesario que los políticos entiendan que muchísimos ciudadanos están muy desilusionados de la política y de ellos.
“¡Cuántas promesas incumplidas!, ¡cuántas realidades que han dejado mucho que desear en su misión como políticos, que han desvirtuado la naturaleza propia de la política! Creo que nuestros hermanos políticos deben tener conciencia de un trabajo con una perspectiva diferente, en donde haya sinceridad, claridad, honestidad, y en donde haya un verdadero interés por el bien común”.
Y añadió: “¡Cuánto necesitamos, de verdad, que haya una entrega plena y total en donde los intereses personales sean sacrificados por los intereses del bien común. Hay mucho que trabajar, y en este sentido, muchísimo se puede hacer, sobre todo para las elecciones de los estados que vienen para el próximo año, y las elecciones del 2024. Ojalá que pudiera haber una iluminación en ese servicio”.
Ramón Castro también se refirió a los desafíos que observa en esta nueva encomienda como Secretario General de la CEM: “Los retos los veo sobre todo en la amplitud del servicio que debo prestar, es una gama enorme que hay que atender, pero con la gracia de Dios y con buenos colaboradores, podré salir adelante”.
Un desafío importante es el camino que debe recorrer en cuanto al Proyecto Global de Pastoral 2031-2033, que es una respuesta de los obispos mexicanos para iluminar los planes diocesanos. “Creo que es algo muy importante que debemos tratar de sacar adelante”.
Aunado a ello –explicó– “debo ser un buen vocero que sepa ser objetivo, preparar bien las reuniones de los consejos que tenemos, el permanente y el de la presidencia. Y hay también un aspecto muy delicado, pero a la vez muy bello, en donde el servicio debe prestarse de la mejor manera: dirigir el Consejo Nacional de Protección de Menores. Ahí hay mucho qué hacer, con toda la delicadeza que este tema implica, y con toda la sinceridad y claridad”.
Finalmente, Ramón Castro habló del camino sinodal emprendido por la Iglesia en México. Al respecto aseguró que el episcopado nacional está consciente de este proceso al cual el Santo padre ha convocado.
Explicó que en todo el país ya se está trabajando a nivel de Iglesia particular y provincial, donde ya se han dado pasos importantes de cara a la siguiente Asamblea Plenaria que será del 25 al 29 de abril de 2022.
“Creo que llevamos un buen ritmo en general, y esto nos hace estar viviendo en este modo al que hemos sido invitados por el Santo Padre, quien tiene tanto interés de que la Iglesia vibre de acuerdo a este caminar juntos, del cual debemos tener plena conciencia“.
El obispo Ramón Castro hizo votos para que en todas las diócesis, con sus respectivos obispos y presbiterios, así como sus consejos de laicos, se haga conciencia de que “necesitamos caminar juntos para dar una respuesta a los desafíos que tenemos”, manifestando la sinodalidad “incluso en los más pequeños detalles“.