La situación de los cristianos en la India está lejos de serena. Una muestra es la aprobación, precisamente el día de Navidad, del gobierno de congelar las cuentas de las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta tras aprobar una directiva que prohíbe a la congregación recibir cualquier tipo de financiación extranjera. Situaciones así se irán repitiendo en las diferentes familias religiosas en las próximas semanas ya que debe renovarse un permiso especial que caduca el 31 de diciembre.
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Acusaciones de proselitismo
Esta medida ha sido tomada dentro de la Ley de Regulación de las Contribuciones Extranjeras y está al servicio de los grupos más próximos al nacionalismo hindús, según los medios locales. Algo que se evidencia en las acusaciones recibidas por las religiosas desde el ala más dura del Partido Bharatiya Janata, al que pertenece el primer ministro indio desde 2014, Narendra Modi. El partido de Modi ha acusado a las Misioneras de la Caridad de dirigir programas de conversión religiosa bajo la apariencia de caridad, ofreciendo a los hindúes pobres y a las comunidades tribales dinero, educación gratuita y alojamiento según recoge el periódico Dhaka Tribune. Este gobierno ha impulsado diferentes leyes anticonversión.
Diversos grupos sociales han manifestado su rechazo a la medida. También algunos políticos de diferentes partidos han denunciado el hecho de que tengan las cuentas congeladas de la congregación las misioneras. “Sus 22.000 pacientes y empleados se han quedado sin alimentos y medicinas. Aunque la ley es primordial, los esfuerzos humanitarios no deben verse comprometidos”, es la denuncia que ha hecho el gobernador Mamata Banerjee, líder de la oposición. El Ministerio del Interior no confirma la medida y apunta al Banco Central Indio. Dominic Gomes, vicario general de la archidiócesis de Calcuta, ha denunciado el hecho como una “ataque ruin contra la comunidad cristiana”.