La archidiócesis de Barcelona informa de que su obispo auxiliar sigue con los cuidados necesario tras detectársele, el pasado mes de julio, un tumor en el páncreas
Unos días después de que el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, pidiera “intensificar la oración” por la salud del obispo auxiliar Antoni Vadell Ferrer; el obispado, en su comunicado del 30 de diciembre asegura que su estado “está evolucionando progresivamente de manera positiva a pesar de la gravedad de su enfermedad”.
Desde la diócesis esperan “que se mantenga esta situación en las próximas jornadas”. Por su parte, “el obispo Antoni agradece todas las oraciones por su salud, así como las muestras de simpatía recibidas. Por indicación médica y en razón de la actual pandemia, no están permitidas las visitas”, aclaran. En un comunicado del 29 de diciembre, la oficina de comunicación de la diócesis comunicaba que el prelado “permanece hospitalizado y que se mantiene estable dentro de la gravedad de su situación”. Por lo tanto, se ha notado un cambio en la evolución ya que en las últimas informaciones se desatacaba que esta “estable dentro de la gravedad”.
El pasado mes de julio, el cardenal Omella informó que Antoni Vadell Ferrer, obispo auxiliar de Barcelona, debía someterse a un tratamiento de quimioterapia tras habérsele detectado un tumor localizado en el páncreas. Lo hacía a través de una carta firmada por el propio auxiliar. Vadell recibió la noticia mientras se le realizaban unas pruebas médicas rutinarias. “Le pido al Señor poder afrontar este momento de enfermedad sintiendo su compañía, intuyendo que esta situación es una llamada amorosa de Él para amarlo más y seguirlo”, escribía entonces. El obispo, según sus propias palabras, afrontaba la situación “como una nueva misión, la de estar más cerca de Su Cruz, bajo la protección de la Virgen María, pidiendo la intercesión del Beato Joan Roig Diggle”.