El arzobispo de Cracovia, Marek Jędraszewski, en Polonia ha publicado una serie de normas “sobre el respeto de la dignidad y los derechos personales del prójimo, especialmente de los niños y las personas indefensas”. Un documento que entra en vigor el 1 de enero y que es primero de este tipo en Polonia y que incluye medidas para la colaboración policial y judicial, frente a las acusaciones de encubrimientos que ha tenido la Iglesia polaca en el pasado.
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Al servicio de la prevención
Entre las directrices de este decreto episcopal están la prohibición de que los sacerdotes o los trabajadores de la diócesis reciban a niños en sus casas o de que conserven imágenes de menores sin el consentimiento de los padres. El documento tiene 23 apartados y busca mostrar la “preocupación por el verdadero bienestar espiritual, psicológico y físico, así como el respeto del derecho inalienable al respeto de la dignidad y la necesidad de garantizar la seguridad de todos, especialmente de los niños, los jóvenes y los indefensos”, según de lee en la introducción.
El decreto que ha visto la luz el pasado 28 de diciembre, busca implantar programas de prevención de abuso en todas las estructuras diocesanas. Para ello, se prohíbe también acoger a menores en su propia casa o llevarlos a ningún sitio en coche, salvo que lo justifiquen circunstancias excepcionales. Otra prohibición es la de “traspasar los límites de la intimidad física” mediante cualquier contacto corporal, a menos que sea necesario para garantizar la salud de alguien o esté asociado a rituales eclesiásticos.
También se rechaza cualquier tipo de violencia, castigo corporal y “gestos hostiles”, así como el fomento de comportamientos negativos como fumar o beber alcohol. En cuanto a conversaciones se prohíben las conversaciones sobre el crecimiento o la sexualidad fuera de los programas educativos aprobados, practicar deportes con menores de forma individual… Pide a los clérigos y agentes de pastoral fieles a la tradición católica absteniéndose de hacer bromas con contenido erótico, levantar la voz innecesariamente, ridiculizar las cosas sagradas y conservar o enviar material pornográfico o violento. Para la diócesis ha sido un trabajo intenso que ha llevado un tiempo, ya que todas las diócesis polacas habían acordado tener un material similar a este aprobado en 2018.