La parroquia madrileña reclamará por vía civil la presunta negligencia de las empresas suministradoras al desestimarse el recurso penal en un siniestro que mató a cuatro personas
Fue una explosión mortal. En torno a las tres menos cinco de la tarde del 20 de enero de hace un año, cuando Madrid todavía no había despertado de los efectos de una Filomena que había dejado media España bajo la nieve y el hielo. Ocurrió bajo la acera de la calle Toledo, a la altura del número 98, a las puertas de la casa parroquial de La Paloma, la iglesia de la patrona oficiosa de la ciudad. Un reventón de gas se llevaba por delante la vida de cuatro personas: un sacerdote y un laico que se encontraban en el interior del edificio y dos viandantes. Además, los daños materiales se multiplicaban en las viviendas aledañas, especialmente en la residencia de mayores y el colegio que se sitúan pared con pared con el bloque siniestrado.
En un primer momento, se dejó caer que el suceso podría haberse producido por la manipulación errada de una caldera. Nada más lejos de la realidad. Y es que el presbítero Rubén Pérez fue el primero en detectar un olor sospechoso, por lo que requirió de la ayuda de David Santos, un seglar padre de familia comprometido de la parroquia. La investigación constató que nunca llegaron a tocar nada, simplemente se dispusieron a buscar el origen del olor por el edificio cuando les sorprendió la deflagración.
Desde entonces, en La Paloma, además de afrontar el duelo por los fallecidos y poner en marcha la reconstrucción de la casa y de sus vidas, han buscado esclarecer lo sucedido. Y, por supuesto, reclamar justicia. “Nosotros mantenemos nuestra firme disposición a saber qué pasó y por qué pasó”, explican fuentes de la parroquia.
El cambio de año les ha sorprendido con la decisión de la Audiencia Provincial de desestimar el recurso de apelación presentado el pasado mes de junio por todas las partes para que se siguiera investigando. “En el auto que nos han hecho llegar estas Navidades se desestima cualquier procedimiento por la vía penal”, notifican los responsables de este templo de referencia en la capital, no solo por ser el hogar de La Paloma, sino por ser de alguna manera también la ‘casa madre’ de las Comunidades Neocatecumenales de todo el planeta, al realidad eclesial iniciada por el español Kiko Argüello.
Así, desde la parroquia lamentan que se dé “por válida aquella instrucción inicial que duró apenas cuatro semanas”, en tanto que “se limitó a constatar la inocencia de los fallecidos y la correcta instalación por parte de la parroquia de La Paloma”. En este sentido, subrayan que aquellas pesquisas dejaron meridianamente “claro que la fuga de gas estaba en el exterior”. Sin embargo, denuncian que “no se indagó en posibles causas ni se investigaron las actuaciones o posibles omisiones de Naturgy y del Canal de Isabel II”.
Interrupida la vía penal, con el aval de Gabriel Benedicto, párroco de La Paloma, “nos disponemos a reclamar en la vía civil la presunta actuación negligente de ambas empresas suministradoras y ejerceremos nuestros derechos por esta vía siguiendo los plazos debidos”. ¿El motivo de no detenerse en esta particular batalla judicial? “Conocer la verdad y evitar así que vuelva a sucederles a otros en cualquier otro punto de España”, sentencian desde esta comunidad.