El sábado por la noche internaron a Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, por una descompensación, en una clínica de Mar del Plata (provincia de Buenos Aires).
Después de realizarle varios estudios, aseguraron que se los resultados son positivos y permanecerá en observación por precaución, un tiempo más.
Gabriel Mestre, titular de la diócesis de Mar del Plata, visitó a Pérez Esquivel quien recibió la Unción de los Enfermos. Según informaron, el obispo estuvo dialogando y rezando con él.
Asimismo, pidió a la comunidad diocesana unirse en oración para la pronta recuperación.
El Premio Nobel de la Paz nació en 1931. Fue docente, escultor y pintor.
Desde su juventud se comprometió con la defensa de los valores democráticos, los derechos humanos y la no violencia, lo que le valió el reconocimiento internacional.
En 1973, fundó el periódico Paz y Justicia, y un año más tarde fue coordinador general del Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ) de América Latina, que lo vinculó con diferentes grupos ecuménicos que trabajaban en la promoción de los sectores populares.
Fue detenido por los gobiernos de Brasil y Ecuador, y en Argentina, en pleno proceso militar, fue encarcelado y torturado.
Contribuyó, junto a algunos obispos, a fundar la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos.
En 1980, la academia noruega le otorgó el Premio Nobel de la Paz por su liderazgo en la temática de los derechos humanos.
A través del obispo marplatense, el papa Francisco saludó a don Adolfo con un “Querido hermano” y le envió un mensaje de acompañamiento y cercanía.
En el manuscrito, le aseguró su oración y le deseó un rápido restablecimiento. También aprovechó para mandarle saludos a su esposa.