El sacerdote, quien criticó las políticas contra la pandemia, ha defendido su postura argumentando que “en la vida también hay que saber escuchar a quien tiene una opinión diferente”
Era la misa de la víspera de Año Nuevo. Un sacerdote italiano, identificado por los medios locales como Tarcisio Colombo, se subía al altar para celebrarla ante el elevado número de fieles que, ese día, se habían congregado en la iglesia de la región italiana de Lombardía. Comenzó la homilía, en la que expresaba su disconformidad con las medidas contra el coronavirus y la campaña de vacunación. Uno a uno, los fieles se fueron levantando, hasta el punto en el que el sacerdote se quedó prácticamente solo.
Lo sucedido ha causado gran revuelo en la zona, y ha llegado incluso a la Curia eclesiástica de Milán, que estudiará el caso. Por su parte, el sacerdote ha defendido su postura argumentando que “en la vida también hay que saber escuchar a quien tiene una opinión diferente”.
“Si en esta etapa histórica se dice algo diferente acerca de la pandemia de lo que es el pensamiento común, se te señala como ‘antivacunas‘”, criticó el cura, quien no ha querido revelar si está vacunado o no. “Yo solo respondo esta pregunta a los médicos”, ha dicho, “en cuestiones de salud personal no hay necesidad de dar respuestas a las personas que no son médicos”.
De hecho, esta fue una de las mayores críticas que hizo el sacerdote en la homilía: la “intromisión” en la intimidad de medidas como el pasaporte Covid. Y es que, la veloz difusión de la variante ómicron ha llevado al Gobierno italiano a establecer que, desde el próximo 10 de enero, sea necesario un certificado sanitario reforzado no solo para acceder al ocio y al interior de locales de restauración, sino también para los medios de transporte, hoteles o ceremonias y eventos de distinta índole.