A pocos días de arrancar 2022, no hay decisión tomada. Hay quien da por el hecho que Francisco viajará a Santiago de Compostela en el marco de la Peregrinación Europea de Jóvenes. Pero no hay nada seguro. La confirmación del viaje para participar en el Xacobeo se encontraría todavía en el aire, tal y como ha podido saber ‘Vida Nueva’ de fuentes vaticanas.
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Prueba de ello es la prudencia con la que se expresó al cierre de la visita ‘ad limina’ de los pastores del Norte de España, el arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio. “Yo tengo toda la esperanza, pero depende de muchas circunstancias y de muchos factores de cómo nos encontramos ahora”, expuso el prelado, que subrayó que “el Papa tiene interés para venir a Santiago, pero esto no quiere decir que ese deseo lo pueda realizar al cien por cien dadas las circunstancias en las que nos encontramos”.
Invitación conjunta
Lo que sí está claro es que hay una petición unánime para que el viaje se materialice desde el punto de vista institucional. Está cursada la invitación por parte de las autoridades eclesiásticas y políticas. Es más, hay un empeño particular del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, además de una predisposición más que positiva del Gobierno de coalición, tanto del lado socialista como del ala morada, como de alguna manera se manifestó públicamente con la audiencia papal a la vicepresidenta Yolanda Díaz, presentada como un signo de cordialidad con la Iglesia y, por tanto, de bienvenida a Francisco.
El arzobispo hizo suyas las palabras de Francisco de que “ir a Santiago es venir a Europa”. “Estamos en un momento en el que necesitamos ese impulso y esas ideas, esos pensamientos, que tenemos que tratar de reavivar en la realidad de Europa”, expuso el pastor. Este punto de partida sería el gancho argumental para atraer al Papa argentino. No tanto por el hecho de pisar territorio español, sino porque reivindicar una vez más las raíces de un Europa que, como denunció Jorge Mario Bergoglio en su reciente viaje a Grecia y Chipre, se encuentra al borde del “naufragio” como civilización.
¿Adiós Manresa?
El propio Francisco ha dejado caer que de decantarse por el sí, sería una peregrinación europea a Compostela y no un periplo por España. De esta manera quedaría descartado, por tanto, una estancia larga que le llevara, por ejemplo, a Madrid o a Barcelona. Más bien se trataría de un viaje exprés, que algunos colocan ya en el calendario: en torno al domingo 7 de agosto.
De la misma manera, tanto los jesuitas como el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ya darían por perdido que Jorge Mario Bergoglio visitara la cueva de Manresa, a pesar de la impronta ignaciana del pontífice. El jubileo de los 500 años de la conversión de san Ignacio de Loyola y de la experiencia de los ejercicios espirituales en la ciudad catalana no ha parecido ser suficiente para atraer a Francisco.