El país de Juan Pablo II vive un “declive devastador”. Así lo ha expresado a Il Messagero el arzobispo pirmado de Polonia, Wojciech Polak. De hecho, solo 1 de cada 4 (25%) jóvenes polacos son practicantes, lo cual contrasta con la cifra de los que así se definían en la década de los 90: el 70%. “Estos son números simplemente devastadores”, ha apostillado Polak.
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Este problema, en su opinión, cuyo origen se encuentra en “el fracaso de la jerarquía católica para lidiar con el abuso sexual. Demasiadas mentiras, falta de transparencia, tendencia a menospreciar, así como diversas acciones encaminadas a marginar incluso a las víctimas”.
Crisis de fe
“Con el tiempo, todo esto ha creado un clima poco atractivo para los jóvenes, en perpetua búsqueda de modelos e ideales que los inspiren. De ahí el abandono”, ha señalado.
En los últimos años, un gran número de casos de abuso sexual cometidos en el seno de la Iglesia católica en Polonia han salido a la luz gracias a una campaña de prensa en el país. Para Polak, estas revelaciones han provocado una profunda crisis de fe que ha llevado a la gente a abandonar por completo la Iglesia. Por eso, señala que, si bien “no es un proceso fácil de depuración”, es necesario “volverse cada vez más creíble”.