El nuncio garantizó a los presentes que la personalidad jurídica y canónica de la diócesis se mantiene íntegra y que nunca ha estado sola gracias a la presencia de los administradores apostólicos nombrados por el Papa
La Catedral de Santa María ha acogido esta mañana del 8 de enero la toma de posesión como obispo de Ciudad Rodrigode José Luis Retana. El prelado, procedente de Plasencia tomará posesión el 9 de enero de la diócesis de Salamanca. Ante una representación de 500 fieles, por las restricciones sanitarias, la celebración ha contado con la presencia del nuncio apostólico, Bernardito Auza, y del obispo administrador apostólico, Jesús García Burillo.
La celebración ha contado con la presencia de casi una treintena de cardenales y obispos de España y Portugal, así como una representación de autoridades de los ámbitos civiles y militares. García Burillo, al inicio de la celebración, le dio la bienvenido al nuevo obispo y le presentó una diócesis que “con más de ocho siglos de existencia ha superado los diversos avatares de la historia” siempre “ha seguido el magisterio de los papas y las indicaciones de la Conferencia Episcopal”, destacó.
El nuncio trasladó la solicitud del papa Francisco y recordó a todos los presentes que la fórmula elegida para el obispo Retana –al estar al frente también de Salamanca– implica que “la diócesis mantiene íntegra su personalidad jurídica y canónica, así como sus estructuras que la caracterizan como una diócesis”. El nuncio también agradeció el trabajo del administrador apostólico, así como a Francisco Gil Hellín que lo hizo durante unos meses tras estar vacante la diócesis tras la salida de Raúl Berzosa. Esta presencia de obispos eméritos, para el nuncio, es señal de que la diócesis ha estado siempre acompañada.
El nuevo obispo tomó posesión de su nueva cátedra tras la lectura de las Letras Apostólicas con su nombramiento como obispos de las dos diócesis por parte del papa Francisco. Allí recibió el báculo episcopal de Jesús Enciso Viana –obispo de la diócesis civitatense entre 1950 y 1955, cunado se recuperó la presencia de un obispo residencial frente a un administrador–. En la misa se ha utilizado un cáliz mexicano de plata del siglo XVII.
En su homilía, el nuevo obispo mirobrigense, prometí a las autoridades presentes “colaboración leal” para servir a las personas desde las diferentes instituciones. El nuevo obispo confesó su “debilidad” ante la “gloria de Dios” y se muestra confiado ate las manos de Dios ante la tarea que va a comenzar porque “la fuerza se realiza en la debilidad”. Pidió aceptar la realidad para que sea posible la “adoración” como la de los magos a Jesús. “Una adoración que lleva a la ofrenda, al sacrificio”, siguió.
“A veces no adoramos porque no queremos o no podemos aceptar la realidad tal cual es”, advirtió el prelado para señalar la pobreza propia que no puede aceptar la venida de Jesús. “Siempre tenemos algo que ofrecer, a nosotros mismos”, apuntó señalando la esperanza pastoral que supone la “ofrenda de nuestra pobreza para que el señor a través de nosotros multiplique su gracia”. Algo que él aterriza en su situación de obispo para “entregarse generosamente” en Ciudad Rodrigo.
Ante la incertidumbre de un nombramiento conjunto destacó “la novedad que no tiene detrás ninguna consigna ni ninguna estrategia” sino el bien de nuestras comunidades diocesanas sin reivindicar derechos mirando al pasado o prevenir temores del futuro “dejándonos mirar por el Señor” para hacerse “luz y esperanza para nuestras gentes”. Se mostró “dispuesto y disponible para caminar con estas dos iglesias”, y no como “un préstamo de la diócesis vecina” para lo que pidió paciencia.
Además, recordó que la autoridad del obispo se traduce en el servicio. Para ello pidió a los fieles que rogar para que su relación con Cristo sea íntima y que su tarea se inspire en “el lavatorio de los pies” para cuidar a toda la comunidad que se le ha confiado. En este sentido, se mostró muy agradecido con todos los que han formado parte de su camino vocacional y su historia sacerdotal en Ávila y en Plasencia para la que pidió un “pastor pronto”, lamentando la “orfandad excesiva” de estos últimos 5 años en Ciudad Rodrigo. Una diócesis que ha conocido gracias a su trabajo durante años con los seminaristas.
Finalmente, el nuevo prelado impulsó la labor evangelizadora de la Iglesia, mostrando su solicitud a los más pobres. “Tened paciencia conmigo y mis limitaciones”, volvió a reclamar. Para ello puso su ministerio bajo la protección de san Isidoro, san Sebastián y la Virgen De la Peña de Francia patronos de la diócesis, la ciudad y la provincia respectivamente.
Antes de esta celebración, José Luis Retana hizo su entrada oficial en la diócesis este viernes, 7 de enero. Lo hizo –con repique de campanas– en la parroquia de la localidad de Villasrubias, la primera que pisó al llegar al territorio de la diócesis viniendo por carretera desde Plasencia. En esta parroquia le recibió Jesús García Burillo, que le presentó a los miembros del Colegio de Consultores, a los presbíteros del arciprestazgo, a las religiosas y al alcalde de la población.
“Soy consciente de la dificultad de la tarea, de la desproporción, es una situación nueva para vosotros y para mí, pero vengo convencido de que vengo con la fuerza de otro más grande, de otro modo yo no osaría comenzar esta aventura, por eso lo que he pedido siempre es paciencia conmigo y ayuda, que la estoy teniendo”, señaló ante los fieles. Tras este acto, Retana se trasladó al Palacio Episcopal de Ciudad Rodrigo para realizar la profesión de fe y el juramento de fidelidad.