América

Pedro Labrín, en el corazón de las catacumbas existenciales

El jesuita chileno dirige la Pastoral de la Diversidad Sexual Padis+ y asegura que “la Iglesia, seguirá buscando las semillas del verbo presente en realidades que antes “no veía por negación”





Pedro Labrín, chileno y sacerdote jesuita desde 1997, tiene como lema “Dios ama a todos sin condición”, incluyendo a los homosexuales, que han buscado de su ayuda en la Pastoral de la Diversidad Sexual Padis+, que dirige desde 2010 desde aquella visita providencial de tres universitarios católicos, integrantes de CVX Joven en Santiago de Chile.



Estaba recién nombrado como asistente eclesiástico. Los jóvenes fueron al grano: “Pedro, te queremos contar, somos gays”. Los muchachos esperaban el sermón del cura, algún texto duro de la Biblia, pero, al contrario, un hombre bondadoso estuvo a la atenta escucha.

Dios ama sin condición

Los chicos le confesaron que se sentían en las catacumbas por el dedo acusador de quienes se supone son sus hermanos. En efecto, soñaban con poder vivir su fe sin traicionar su propia conciencia. Días después compartieron la mesa, incluso Lubrín celebró una misa con ellos.

Para mí fue una segunda ordenación sacerdotal. Desde entonces combino mi misión de destino con el apoyo a la Pastoral de la Diversidad Sexual Padis+”, rememora.  El propio papa Francisco ha bendecido a esta comunidad en una visita que Labrín hizo a Roma.

Este hombre ha tenido la valentía de llegar adónde muchos no lo hacen, porque “si somos creyentes no podemos desconocer que la revelación es un realidad concluida desde el punto de vista de Dios, pero incompleta desde el punto de vista de la comprensión humana”.

A su juicio discriminar a alguien por su condición sexual desde el punto de vista bíblico no es acertado, pues la homosexualidad es una categoría reciente, por ello: “¿Se debe reducir la realidad del presente a lo redactado, dejando fuera todo lo que no ‘entra’? Me parece que no”. Él sabe y repite: “Dios ama a todos sin condición”.

Asistencia del Espíritu Santo

Además Labrín asegura que “la Iglesia, con la asistencia Espíritu Santo,  sigue y seguirá buscando las semillas del verbo presente en realidades que antes no veía por negación, invisibilización o ignorancia y que sin embargo ahora se manifiestan”.

Si somos creyentes no podemos desconocer que la Revelación es un realidad concluida desde el punto de vista de Dios, pero incompleta desde el punto de vista de la comprensión humana. Ella nos superará siempre”, explica.

 Por ejemplo, –añade– en relación a la homosexualidad, “es muy difícil que la Biblia pueda decir algo de, porque la categoría ‘homosexual’ como la comprendemos hoy responde a conceptos formulados en épocas muy recientes”.

Foto: El Mostrador

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