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La nueva rectora de la Universidad de Navarra toma posesión: “La identidad sin dinamismo es esclerosis”

María Iraburu plasma sus dos objetivos al frente de la institución: identidad y dinamismo para “cuestionar los paradigmas imperantes”





Los proyectos actuales y futuros de la Universidad de Navarra “son una invitación a que cada uno de nosotros despliegue su aportación en dos dimensiones, que podríamos definir con los términos de identidad y dinamismo”, afirmó hoy María Iraburu Elizalde, durante su toma de posesión como rectora en el campus de Pamplona.



Al acto han asistido las principales autoridades navarras, la junta de gobierno de la Universidad, profesores, estudiantes y otros miembros de la comunidad universitaria, así como familiares y amigos de la nueva rectora. En el evento, celebrado en el edificio Central, intervinieron el secretario general, Jesús María Ezponda, que leyó el decreto de nombramiento, el rector saliente, Alfonso Sánchez-Tabernero, y la rectora María Iraburu.

La profesora Iraburu añadió: “Identidad, porque la Universidad tiene una aportación propia e irreemplazable, que requiere de nosotros ser siempre y ante todo universitarios: personas reflexivas, abiertas a las grandes preguntas y a la aportación de todos los saberes, comprometidas con la verdad esté donde esté y venga de donde venga, porque no somos sus dueños”. “Y dinamismo, porque la Universidad”, ha dicho, empleando una expresión de su fundador, san Josemaría Escrivá, “espolea la pasividad y despierta fuerzas que dormitan”.

María Iraburu apeló a la necesidad de dinamismo “para cuestionar los paradigmas imperantes y proponer otros nuevos; para ser sensibles a las necesidades de nuestro entorno; para aprender de nuestros estudiantes y colegas; para atrevernos a romper con inercias y arriesgar sin miedo a equivocarnos”. Identidad y dinamismo, agregó, se exigen mutuamente: “La identidad sin dinamismo es esclerosis, y acaba por no ser identidad; el dinamismo sin identidad es dispersión y termina por agotarse y ser estéril”.

La rectora se refirió al desarrollo de la Universidad, que, a su juicio, “puede tener un impacto aún mayor, no tanto por los medios de los que dispone, siempre insuficientes, sino por el poder transformador que tienen las personas cuando trabajan con profesionalidad y compromiso”. Esta dimensión de compromiso con el entorno y con las personas, recordó, es el hilo conductor de la Estrategia 2025, que bajo el lema ‘Universidad y sostenibilidad’, señala las líneas de avance de la Universidad de Navarra para los próximos años: “Una docencia transformadora, una investigación enfocada a cuestiones sociales, ambientales y económicas, y proyectos interdisciplinares, como el Centro Bioma y su Museo de Ciencias, que nos permitan contribuir a los grandes desafíos de nuestro tiempo”.

Optimismo, mentalidad estratégica y confianza en las personas

María Iraburu mostró su agradecimiento al anterior rector: “De él hemos aprendido un optimismo imbatible, fundamentado en su pasión por la Universidad de Navarra; una mentalidad estratégica que busca siempre nuevos desafíos y no permite que las cuestiones menores distraigan de lo fundamental; y la confianza en las personas, práctica, real, que crea un ambiente de libertad que favorece la creatividad y el crecimiento”.

Por último, se dirigió a las autoridades presentes en el acto, “con la ilusión -dijo- de ser la primera rectora nacida en la comunidad foral”. “Que la Universidad sea de Navarra no es un mero accidente geográfico. Desde sus orígenes, los que la iniciaron quisieron que fuera un proyecto social, integrador, enraizado en esta tierra y abierto al mundo”, aseveró.

“Seguiremos trabajando por el desarrollo, desde la investigación, la asistencia y la docencia, sostenidos por los principios del humanismo cristiano que, por convencimiento, no por táctica, respeta y fomenta la dignidad y la libertad de personas y de instituciones”, subrayó.

Asimismo, destacó que la universidad siempre ha sido un espacio para la amistad y la colaboración. “Tenemos el reto y la oportunidad de que sea también espacio de co-creación entre instituciones, de modo que entre todos contribuyamos de forma más eficaz y duradera al bien común”.

Mirar el futuro con esperanza

Por su parte, Alfonso Sánchez-Tabernero manifestó su agradecimiento a todas las personas que han apoyado a la Universidad de Navarra durante los últimos años, entre ellos los amigos y antiguos alumnos, así como a las instituciones navarras, “con las que colaboramos muy estrechamente”. También valoró de manera especial “la madurez y la solidaridad” que han mostrado los alumnos, especialmente en estos casi dos últimos años de pandemia.

Del mismo modo, hizo balance de su etapa como rector. “Se han producido avances interesantes, gracias al trabajo de todos: nuevos grados y posgrados, centros de investigación, el Museo de Arte, o el campus de Madrid, entre otros”. Más allá de estos logros, destacó el hecho de que se haya consolidado la percepción de que “la Universidad de Navarra solo tiene misión de servir; y que cumple esa tarea colaborando estrechamente con otras instituciones en Navarra y en todo el mundo”.

Respecto al nuevo nombramiento, aseguró que los cambios de rector en la Universidad de Navarra son a la vez continuidad y novedad, y agradeció a María Iraburu su disponibilidad y su trayectoria en la Universidad durante los últimos 16 años: “Ha demostrado sus excelentes condiciones de gobierno. Tiene criterio, determinación y empatía. Es una gran académica con una relevante trayectoria internacional. María es una mujer valiente y magnánima y va a impulsar con acierto los proyectos de la Universidad de Navarra. Además, va a contar con el apoyo incondicional de todos, por lo que solo tenemos motivos para mirar el futuro con esperanza”, concluyó.

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