Los obispos de Guatemala hicieron un llamado de paz a las comunidades de Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán, del departamento de Sololá, las cuales se encuentran en conflicto debido a la falta de claridad en sus límites territoriales y el uso del agua.
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Este conflicto ha provocado la muerte de decenas de habitantes durante más de 150 años, siendo los últimos, 12 personas -entre ellas cinco mujeres y cuatro niños- el 17 de diciembre de 2021.
Este 7 de enero del presente año, un grupo de policías y fiscales se disponían a realizar un allanamiento en el municipio de Nahualá para dar con los responsables de las 12 personas asesinadas; sin embargo, fueron embocados, lo que provocó la muerte de un policía y ocho heridos con armas de fuego.
Obispos advierten de una creciente polarización
A través de un comunicado firmado por el arzobispo metropolitano de Santiago de Guatemala y presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala, Gonzalo de Villa y Vásquez, los obispos guatemaltecos lamentaron “los hechos de creciente violencia, polarización y conflictividad” entre ambas comunidades.
Manifestaron su preocupación por el desborde de la violencia que ha provocado históricamente numerosas muertes, sobre todo porque se trata de “personas inocentes que solamente buscaban honradamente el sustento de sus familias”.
“Pedimos a Dios que conceda el descanso eterno a los difuntos y dé fortaleza a sus familiares”.
Piden desenmascarar al crimen organizado
Los obispos guatemaltecos condenaron el uso de la violencia como método para alcanzar los propios objetivos, pues –dijeron– ésta solo engendra más violencia.
También hicieron un llamado a desenmascarar, capturar, enjuiciar y condenar a los miembros del crimen organizado, en caso de que se descubra que estuvieron involucrados en los sucesos.
Los obispos hicieron un llamado a los habitantes de estos “pueblos hermanos”, especialmente a sus líderes reconocidos, para que busquen medios pacíficos y conforme a la ley para argumentar posiciones o salvaguardar derechos.
Dejaron en claro que los hechos violentos vuelven indefendibles las perspectivas de quienes consideran tener razones válidas para defender sus derechos y demandas.
“Los mecanismos de diálogo deben seguir siendo los canales fundamentales para la resolución de la problemática que ha generado la polarización y la conflictividad”, apuntaron.
También instaron a las autoridades nacionales y locales a no cesar en la búsqueda de las soluciones que desactiven la violencia. “La historia nos enseña que el abandono de los problemas no los resuelve”.
Este 11 de enero, el gobierno del presidente Alejandro Giammattei abrió una mesa de diálogo entre ambas comunidades para llegar a acuerdos concretos.