El papa Francisco ha recibido hoy en audiencia a los peregrinos de Acción Católica de Francia, a quienes ha instado a mirar, discernir y actuar como “apóstoles de hoy”. “Cuando los discípulos caminan con Jesús por el camino de Emaús, comienzan recordando los hechos vividos; entonces disciernen la presencia de Dios en estos acontecimientos; finalmente, actúan volviendo a Jerusalén para anunciar la Resurrección de Cristo”, ha dicho Francisco.
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Mirar
Este primer paso, que el Papa considera fundamental, “consiste en detenerse a mirar los acontecimientos que componen nuestra vida, lo que constituye nuestra historia, nuestras raíces familiares, culturales y cristianas”.
Discernir
En el segundo paso, juzgar o discernir, el Papa ha apuntado que “este es el momento en que nos dejamos interpelar, interpelar”. En este momento, por ello, “la clave es recurrir a la Sagrada Escritura”. “Se trata de aceptar que la propia vida sea tamizada por la Palabra de Dios”, ha añadido Francisco. Y es que “en el encuentro entre, por un lado, los acontecimientos del mundo y de nuestra vida, y por otro lado la Palabra de Dios, podemos discernir las llamadas del Señor para nosotros”.
“Vuestros movimientos de Acción Católica han desarrollado, en su historia, verdaderas prácticas sinodales, especialmente en la vida de equipo que constituye la base de vuestra experiencia”, ha aseverado. “Recordemos que la sinodalidad no es una simple discusión”, ha continuado. “Es un estilo a adoptar en el que el primer protagonista es el Espíritu Santo que se expresa ante todo en la Palabra de Dios, leída, meditada y compartida juntos. Tomemos la imagen concreta de la cruz: tiene un brazo vertical y un brazo horizontal”, ha explicado Francisco.
Tomar acción
Por último, el Papa ha recordado que “el Evangelio nos enseña que la acción, que está en el nombre mismo de vuestro movimiento, debe ser siempre por iniciativa de Dios”. “Después de la resurrección”, ha apuntado el Papa, “San Marcos informa que ‘el Señor actuó con [los Apóstoles] y confirmó la Palabra con las señales que la acompañaban”. De esta manera, “el acto pertenece al Señor: es Él quien tiene el derecho exclusivo sobre él, caminando de incógnito en la historia que habitamos”.
“Nuestro papel consiste, pues, en apoyar y promover la acción de Dios en los corazones, adaptándonos a la realidad en constante evolución”, ha concluido el Papa. “Las personas -y estoy pensando más particularmente en los jóvenes- a las que sus movimientos están llegando no son las mismas que eran hace unos años. Es vuestra misión, como Acción Católica, unirlos como son, para hacerlos crecer en el amor a Cristo y al prójimo”.