La CLAR destacó el legado que Rutilio, Cosme, Manuel y Nelson dejaron a la Iglesia en América Latina y El Caribe, el cual interpela de manera especial a la vida religiosa
La Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) manifestó su gozo por la beatificación de Rutilio Grande García, Cosme Spessotto, Manuel Solórzano y Nelson Lemus, que tendrá lugar la tarde de este 22 de enero en El Salvador.
En un comunicado dirigido a religiosas y religiosos del continente, el organismo internacional aseguró que los llamados cuatro mártires de El Salvador animan a ver con esperanza la vida religiosa, “mujeres y hombres que viviendo contracorriente dan testimonio de la buena nueva del Evangelio, recuperando nuestra vocación martirial al servicio de la vida abundante”.
El organismo de derecho pontificio –actualmente encabezado por la religiosa Gloria Liliana Franco– explicó que Rutilio, Cosme, Manuel y Nelson entregaron su vida a la gente más humilde, en una época turbulenta en El Salvador, previa a la guerra civil que azotó el país durante 12 años y que dejó más de 80 mil muertos.
Para la CLAR, el legado que dejaron los nuevos próximos beatos es la obligación de denunciar el dolor de los más pobres y vulnerables que sufren el flagelo de la miseria y de las injusticias.
“Nos obligan a escuchar el grito de la destrucción de la casa común y la cultura del descarte que afecta sobre todo a las mujeres, los migrantes y refugiados, los ancianos, los pueblos originarios y afrodescendientes”, señaló.
Estos mártires también “nos dan lecciones para afrontar el impacto y las consecuencias de la pandemia que incrementa más las desigualdades sociales, comprometiendo incluso la seguridad alimentaria de gran parte de nuestra población”, señala la CLAR.
Y continúa: “Nos hacen detener y reaccionar ante todo lo que se constituye en obstáculo para la sinodalidad a causa del clericalismo y el autoritarismo en las relaciones, que lleva a la exclusión de los laicos, de manera especial de las mujeres en las instancias de discernimiento y toma de decisiones sobre la misión de la Iglesia”.
Aseguró la CLAR que esta tarde se convertirán en beatos cuatro rostros concretos, quienes, junto a los numerosos religiosas y religiosos de diversas congregaciones en toda América Latina y el Caribe, y también de laicos comprometidos con la vida y con el Evangelio, “han derramado su sangre martirial por el Reino de Dios y su justicia. Han sido místicos, profetas y mártires”.
Y es que, la vida religiosa martirial de América Latina se inscribe dentro de todo el numeroso martirologio de América Latina y el Caribe, que abarca a obispos como Óscar Romero y Enrique Ángel Angelelli, pero también a sacerdotes, catequistas, agentes de pastoral, líderes campesinos, indígenas, mujeres, niños, ancianos, jóvenes, poblaciones enteras que fueron masacradas.
El ejemplo de estos hermanos y de tantas hermanas mártires que han ofrendado su vida por el Reino de Dios en América Latina y el Caribe “son una interpelación para toda la vida religiosa y para toda la Iglesia (…) Hay que seguir soñando con ellas/os y como ellas/os, hay que aprender de ellas/os a gastar la vida por los demás. Como Jesús y por las mismas razones que Jesús”, concluyó el organismo.