Karina Ordóñez: “Ser católica y feminista no es una contradicción”

A pocos días del primer diálogo internacional sobre teorías de género y la identidad católica, a cargo de la Red Internacional de Mujeres de la Academia Latinoamericana de Líderes Católicos, Vida Nueva ha conversado con Karina Ordóñez Torres.

Karina forma parte del cuerpo docente de la Academia. Es licenciada en ciencias de la familia y tiene maestría en bioética. Ejerce como coordinadora académica del Instituto de Bioética de la Universidad Finis Terrae de Chile.

Ha recordado que “la Academia de Líderes Católicos es un espacio de encuentro, entre católicos de todas las sensibilidades, para dialogar y profundizar en la doctrina social de la Iglesia y hacerla vida en nuestras comunidades, por ello ha impulsado la creación de la Red de Mujeres”.

Sobre el feminismo católico

PREGUNTA.- ¿Qué podemos entender por un nuevo feminismo en la Iglesia sin que se asocie (o haga ruido) con un feminismo seglar cómo diferenciar el trigo de la cizaña en estos términos?

RESPUESTA.- “Las mujeres somos mujeres seamos católicas o no y tenemos la misma dignidad y derechos, en este sentido, todas estaremos de acuerdo en la importancia de luchar contra la violencia, buscar la conciliación familia y trabajo, apoyar a madres solas, entre otros temas.

Sin embargo, también es verdad que, como católicas, tenemos diferencias importantes con otros feminismos, una muy evidente es la postura frente al aborto, ya que como mujeres católicas defendemos la vida desde la concepción, consideramos que defender a las mujeres implica hacerlo a todas las edades, incluidas las mujeres no nacidas. Y que exigir respeto implica respetarlos a todos, incluidos los que están por nacer.

Por ello, es importante escuchar a Marta Rodríguez, ahí podremos entender lo particular de la propuesta feminista al interior de la doctrina de la Iglesia y, sobretodo, entender que ser católica y feminista no es una contradicción.

El respeto por delante

P.- Los movimientos feministas en varios países de América Latina han posicionado el espinoso tema del aborto, ¿cómo podemos mirar las diversas aristas de este tema sin caer en controversia?

R.- “No debemos tener miedo a la controversia, a veces, hay posturas que son irreconciliables, el tema del aborto es una de ellas. El criterio fundamental es el respeto, podemos discrepar, pero el respeto siempre debe estar presente.

En segundo lugar, manifestar auténtico interés por comprender la posición de quien discrepa conmigo, ya que siempre encontraremos elementos de verdad aún en quienes opinan diferente a nosotros.

Partiendo de estas dos premisas se puede avanzar mucho como sociedad, el problema es que casi nunca están presentes estos elementos, solemos ignorar al otro y esperamos persuadir con violencia, estas actitudes jamás traerán algo bueno.

Sacando la careta del enfrentamiento y abriéndonos a la humanidad compartida, podremos descubrir que coincidimos en más de lo que nos imaginamos. De hecho, ambas posturas frente al aborto coinciden en su preocupación por la mujer”.

Seguir impulsando cambios

P.- ¿Cuál es su opinión sobre el papel de la mujer en la Iglesia más “allá de los ministerios ordenados”? El propio Cardenal Marc Ouellet aseguraba, en el marco de la Asamblea Eclesial que el rol de las mujeres no se circunscribe a igualarla en servicios eclesiales con los hombres, sino que la Iglesia debía replantearse este horizonte hacia aportes más significativos.

R.- “Coincido plenamente con lo planteado por el Cardenal, no podemos caer en el simplismo de buscar ‘igualar’, hombres y mujeres no somos iguales, ahí radica la riqueza de la humanidad.

Pero como sí somos iguales en dignidad, es necesario que las mujeres podamos tener espacios de aporte significativos en la Iglesia, por desgracia sigue siendo un tema pendiente, aunque hay avances. En buena medida nuestra red busca ser un espacio de sinergia para impulsar estos cambios”.

Foto: Academia de Líderes