“Los criminales se esconden entre nosotros, es necesaria una investigación también en Italia”. Es la reacción de Hans Zollner, el presidente del Instituto de Antropología, Estudios Interdisciplinarios sobre la Dignidad Humana y la Atención a las Personas Vulnerables de la Pontificia Universidad Gregoriana tras la publicación de un informe sobre los abusos en la diócesis de Múnich y Freising elaborado por un estudio de abogados que, confiesa, le ha dejado en “shock”.
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Reforzar la prevención
El jesuita señala que aunque “el fenómeno es ahora claro: en todas las regiones del mundo, entre el 3% y el 5% de los sacerdotes son abusadores. Tenemos criminales entre nosotros. Por eso, todavía hay que tomar medidas para purificar la Iglesia”. Zollner se muestra “estamos desolados por la magnitud de las cifras y la continuación de esta violencia durante décadas”, señala en una entrevista al diario La Stampa.
“Tras la publicación de estas investigaciones, deberíamos empezar a escuchar a las víctimas. Y luego habría que cambiar las relaciones de poder en la Iglesia, que deberían ser más compartidas y menos autoritarias, y abrirse al escrutinio con la posibilidad de ser juzgados por otros expertos fuera del ámbito católico”, propone.
Además, muestra “la ocultación y el encubrimiento de los casos, las omisiones y la indiferencia por parte de las jerarquías y de los funcionarios diocesanos, que no han tomado las medidas exigidas por el derecho canónico”. El experto admite que “se está trabajando mucho en el ámbito de la prevención. En primer lugar, en la formación de sacerdotes, religiosos, catequistas y otros colaboradores. Pero debemos aprender a ser más responsables”.
