Ya se adelantó el pasado diciembre. El Gobierno de Sánchez tenía un nuevo destino planeado para Isabel Celaá: ser la nueva embajadora de España ante la Santa Sede. Y así lo ha hecho, y este martes el Consejo de Ministros ha aprobado el decreto por el que se nombra para el cargo a la exministra de Educación, que sustituirá a Carmen de la Peña Corcuera, tal como informa Europa Press, si bien el nombramiento aun no ha sido anunciado por el Vaticano.
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De esta manera, Celaá sigue los pasos del exministro de Cultura y Deporte José Manuel Rodríguez Uribes, que fue nombrado por el Consejo de Ministros como nuevo embajador ante la UNESCO tras su salida del Ejecutivo. Según la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE), hay cinco embajadores ‘políticos’: en Andorra, Angel Ros Domingo; el de Cuba, Ángel Martín Peccis; la de la OEA, Carmen Montón, y el de la OCDE, Manuel María Escudero.
Artífice de la LOMLOE
La política vasca de 72 años está detrás de la llamada LOMLOE, o, como se la conoce coloquialmente, la ‘Ley Celaá’. Cuando fue designada para el cargo de ministra, en un primer momento en el ámbito eclesial se la identificó como ‘aliada’ en tanto que es una mujer católica.
Sin embargo, a medida que se fue conociendo el contenido de la normativa, se topó de frente con la resistencia de la escuela católica, debido a que dejaba en el aire la sostenibilidad del sistema de conciertos privilegiando a los centros públicos. Tal fue el clima generado que el pasado otoño se multiplicaron las manifestaciones rechazo a esta reforma legislativa en las llamadas ‘mareas naranjas’ hoy rebajadas.
En paralelo, su relación con los obispos no ha sido de especial tensión. Más bien, lo contrario. A pesar de haber reducido la presencia de la asignatura de religión al mínimo de horas lectiva, dejar que sea computable para el expediente y eliminar la asignatura espejo, sí logró un clima de cordialidad a la hora de poner en marcha la elaboración del nuevo currículo de la asignatura confesional.
