Una juventud activa, crítica, solidaria y transformadora. Así ven las entidades salesianas a los jóvenes españoles y, ante los estigmas sobre este sector de la sociedad, lanzan la campaña ‘Jóvenes en positivo’, con la que buscan reivindicarles cediéndoles todo el protagonismo, como han expresado esta mañana en la rueda de prensa de presentación en el marco de la semana de Don Bosco, mostrando que sus intuiciones siguen siendo actuales.
La campaña –ilustrada por Javi Comino– de la Coordinadora Estatal de Plataformas Sociales Salesianas, la Confederación de Centros Juveniles Don Bosco, Escuelas Salesianas, Misiones Salesianas, las ONGD Jóvenes y Desarrollo y Bosco Global, y el CNSPJ cuenta con un manifiesto escrito por un grupo de jóvenes –leído esta mañana por dos de ellos, Rubén y Pilar– y textos elaborados por ‘millennials’ sobre temas que les preocupan –igualdad de género, medio ambiente, salud mental, empleo, espiritualidad y cambio social– que verán la luz de febrero a junio.
Además, lanzarán una WhatsApp serie, ‘Ahora tú’, de 12 capítulos de 90 segundos, dirigida por Antoni Cuadri, uno de los creadores de la mítica serie ‘Al salir de clase’ o ‘Manolito Gafotas’. En los distintos episodios se narrará la vida real de dos jóvenes: cómo les ha afectado la pandemia, las relaciones en el instituto, cómo afrontan su futuro… Así, después verá la luz en la red social de moda, TikTok.
José Miguel Núñez, director del Centro Nacional Salesiano de Pastoral Juvenil (CNSPJ), ha señalado que “durante la pandemia se ha puesto una carga de responsabilidad grande en la juventud. Les culpamos de la propagación de la enfermedad, de falta de solidaridad y de ser irresponsables, pero poco se habla de las consecuencias que la pandemia les provocará, de sus dificultades o de su implicación”.
La campaña en favor de la juventud nace porque “se ha culpabilizado a los jóvenes de la situación de pandemia y son un sector de la sociedad castigado. Nosotros creemos en los jóvenes en positivo. Creemos que no son solo el futuro, sino un presente y un activo para nuestra realidad social. Son agentes de cambio y queremos ponerlos en valor”, ha recalcado Núñez.
Para el religioso salesiano es vital que “nuestros jóvenes puedan vivir con dignidad y que tengan igualdad de oportunidades”. Por eso, “queremos unir nuestras fuerzas y sumar para que la realidad pandémica no nos deje indiferentes”, ha agregado. De hecho, haciendo una relectura del Sínodo de los Jóvenes de 2018, ha reconocido que sigue siendo “una preocupación en la Iglesia la desconexión de los jóvenes. Nosotros estamos cerca de los jóvenes, de sus problemas y sueños y queremos caminar junto a ellos para desarrollar todas sus potencialidades”.
En el manifiesto, que pone en en valor el oratorio de Don Bosco, los propios jóvenes reconocen que “la crisis que estamos padeciendo los últimos años ha acrecentado nuestro miedo y nuestro pesimismo ante un futuro complicado. Pero a pesar de ello, creemos que otro mundo es posible y que somos la generación que puede conseguirlo con la igualdad de oportunidades, la justicia social y el cuidado de nuestro medio ambiente como motores de transformación”.
“Necesitamos que nos escuchéis de manera activa, garantizando espacios de participación efectivos en los que podamos verbalizar nuestras problemáticas e inquietudes. La alta tasa de desempleo juvenil, las dificultades para entrar en el mercado laboral con un salario digno, la brecha digital que complica el acceso a la educación o la imposibilidad de emanciparnos se han agravado. Nuestros sueños y proyectos de futuro se han visto truncados en muchos casos y todo ello ha supuesto un grave perjuicio para nuestra salud mental”, señalan.
Según afirman, “somos jóvenes en un sociedad plural, muchos de nosotros cristianos, que desde nuestra identificación con Jesús de Nazaret nos comprometemos en la transformación social desde los valores evangélicos de la fraternidad, la justicia y el bien común”.
Por eso, “ante la situación que vivimos y unidos a todas las personas que luchan por una realidad mejor, gritamos al mundo con esperanza que tenemos derecho a ser: jóvenes solidarios, que nos equivocamos, que ponemos a las personas en el centro, que podemos formar una familia, que se convierten en multiplicadores de positividad…”.
Y para poder hacer realidad el ejercicio de estos derechos es necesario “tener oportunidades, confiar en el entusiasmo juvenil y una educación de calidad”, detallan. En este sentido, reclaman “trabajo en equipo, el apoyo de organizaciones, empresas y gobiernos, ayudar a promover un cambio social en el que nuestras comunidades sean irrevocablemente igualitarias y donde sea prioritario alzar la voz ante temas como la violencia contra las mujeres y los discursos xenófobos y racistas“, entre otros.