En el índice de temperatura inadecuada (incapacidad de mantener el calor en invierno), se pasó de un 7,6% en 2019 a un 10,9% en 2020
La pobreza energética en 2020 en España no empeoró “desde el punto de vista de los indicadores de ingreso y gasto”, pero sí se percibió un aumento significativo “desde la perspectiva de poder mantener el confort térmico en el hogar y acometer el pago de las facturas”. Esta es la principal conclusión del informe ‘Indicadores de pobreza energética en España 2020. Más allá de los índices oficiales’, a cargo de la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia Comillas, presentado este 26 de enero en Madrid.
José Carlos Romero, investigador de la Cátedra, ha apuntado que hay que tener en cuenta que el estudio se centra en el primer año de impacto de la pandemia de Covid-19, cuando mucha más población se vio forzada a pasar mayor tiempo en casa, sobre todo en los meses de confinamiento.
Con todo, entonces sí hubo un “escudo social” por parte del Gobierno que, con medidas como el bono social eléctrico y el bono térmico, impidió que mucha gente no se viera obligada a consumir menos para protegerse del frío, no detectándose indicios alarmantes en ese sentido en ese período duro del confinamiento. Eso sí, en el índice de temperatura inadecuada (incapacidad de mantener el calor en invierno), se pasó de un 7,6% en 2019 a un 10,9% en 2020.
Por ello, aunque no esté analizado lo ocurrido en 2021 y “haya que estar atentos a las conclusiones de los estudios de estos próximos años”, los investigadores entienden que, ahora, con el fuerte incremento del pago de la luz que se está produciendo en los últimos meses, dicho escudo social de la Administración puede verse debilitado.
De ahí que desde Comillas se propongan más medidas estructurales de cara a combatir el drama de la pobreza energética, apostando, mientras, por aspectos esenciales como “la protección de los más vulnerables” a través de un “incremento presupuestario” o aprovechando “los fondos europeos” que llegan en este sentido.
Como ha recalcado Efraim Centeno, director de la Cátedra, la investigación también revela cómo, dentro de la mayor dificultad para realizar un análisis por el confinamiento, en 2020 hubo “diferencias geográficas muy significativas, siendo las comunidades autónomas del sur las más afectadas”.
Finalmente, desde Comillas han invitado al Gobierno a combatir esta lacra social apostando por la creación de un Observatorio de Pobreza Energética. El guante está echado…