“Dicen que esto le pasa solo a los viejos, no sé por qué me ha pasado a mí”. Con esta pequeña broma, recogida por Europa Press, explicaba Francisco, durante la audiencia de este miércoles, que sufre la inflamación del ligamento de su rodilla derecha. El Papa arrancaba, de esta manera, una carcajada a los presentes en el Aula Pablo VI del Vaticano, restándole importancia a su dolencia, que le limita caminar o subir y bajar escaleras.
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El Papa explicaba que tiene “un problema en la pierna derecha”, que no iba más allá de que “se me inflamó el ligamento de la rodilla”, aunque ha subrayado que es “es algo pasajero”. Lo hacía para excusarse con los fieles ya que, debido al dolor, no podía levantarse de la silla para bajar a saludarles, como hace habitualmente. Sin embargo, esto no ha impedido que algunos de los presentes hayan saludado al Pontífice, ya que han sido ellos los que, por esta vez, han podido subir al escenario donde se encontraba.
Problemas de movilidad
No es la primera vez que un problema de salud impide al Papa, de 85 años, seguir su agenda. La fuerte ciática que padece desde hace años le ha provocado dificultades para caminar e, incluso, un dolor recurrente provocó que no pudiera celebrar la misa de fin de año ni tampoco la primera celebración del 2021.