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¿Por qué el Papa nos invita a rezar hoy por Ucrania?

Francisco señaló que sigue “con preocupación el aumento de las tensiones que amenazan con infligir un nuevo golpe a la paz” en la región del mar Negro





“Sigo con preocupación el aumento de las tensiones que amenazan con infligir un nuevo golpe a la paz en Ucrania y cuestionan la seguridad en el continente europeo, con repercusiones aún más amplias”, lamentaba el papa Francisco el pasado domingo, 23 de enero, tras el rezo del ángelus. Ante esta situación hizo un “sentido llamamiento a todas las personas de buena voluntad, para que eleven oraciones a Dios omnipotente, para que cada acción e iniciativa políticaesté al servicio de la fraternidad humana, más que a los intereses de las partes”.



En concreto, el pontífice propuso canalizar esas oraciones marcando este miércoles 26 de enero como “una jornada de oración por la paz”. “Quien persigue sus propios fines en detrimento de los demás, desprecia su propia vocación de hombre, porque todos hemos sido creados hermanos”, apuntó el Papa entonces.

En concreto, el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, a través de una carta, ha pedido a la Iglesia de la isla y a otras Iglesias y confesiones cristianas sumarse a esta jornada. “No es solo un gesto de sensibilidad social, sino un acto de fe, de esperanza y de caridad, tan necesario hoy más que nunca para estrechar entre las personas y entre los pueblos los vínculos de la fraternidad y la amistad social, caminos necesarios para la paz”, ha destacado el prelado.

El fantasma del conflicto

La presión rusa ha devuelto a la inestabilidad a una región que se debate entre su pasado soviético y su vocación europea. Por ello, el nuncio en el país, Visvaldas Kulbokas, ha denunciado la situación de crisis del país sobre la que se cierne el “fantasma del conflicto” y advierte en una entrevista en los medios vaticanos que la gente está agradecida a Francisco ya que “saber que no están solos y olvidados es una gran ayuda”.

Y es que, recuerda el nuncio, “la guerra, que dura desde hace ocho años en las regiones orientales del país, ha creado muchos problemas –hay quienes han perdido a sus seres queridos y también he conocido personalmente a varias personas que han sido duramente golpeadas–, hay quienes han perdido su salud, su casa, su trabajo, pero todo esto ha hecho a los ucranianos más fuertes ante las dificultades. El riesgo de un posible empeoramiento del conflicto se vive con más coraje”.

Ante el aumento de las tensiones, los obispos de Polonia y Ucrania, en un comunicado conjunto, han hecho un llamamiento “a los gobernantes para que se abstengan de la hostilidad. Animamos a los dirigentes a abandonar inmediatamente la vía del ultimátum y la utilización de otros países como moneda de cambio. Las diferencias de intereses no deben resolverse mediante el uso de las armas, sino mediante acuerdos. La comunidad internacional debe unirse en solidaridad y apoyar activamente, de todas las formas posibles, a la sociedad en peligro”, advirtieron. “La situación actual exige que los cristianos de tradición oriental y occidental asuman su plena responsabilidad por el presente y el futuro de nuestro continente y estén dispuestos a hacer sacrificios en defensa de las comunidades de la familia, la nación y el Estado”, reclamaron.

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