“Una comunicación que no transforma no sirve”, ha dicho el director de comunicación del Movimiento Laudato Si’ en Coloquios CONFER
“No podemos caer en la tentación del ‘esto es lo que se hace ahora’, ‘es lo que funciona’ o del TikTok de la monja bailando. Podemos adaptarnos a los nuevos canales, pero no podemos cambiar el mensaje, porque el mensaje es Cristo y Él no cambia“. Estas han sido algunas de las pinceladas que Gabriel López Santamaría, director de comunicación del Movimiento Laudato Si’ ha dado hoy en una nueva entrega de Coloquios CONFER, donde ha reflexionado acerca de la adaptación del marketing a un plan de comunicación en cristiano, de tal modo que “nos puede servir para poner en marcha nuestra acción pastoral”.
López ha instado, así, a no valorar tanto las tendencias sino centrarse en una comunicación “transformadora”. “Una comunicación que no transforma no sirve”, ha dicho. “Igual que en el sacramento del bautismo nos transformamos en discípulos misioneros, si la comunicación que hacemos no sirve para transformar la realidad individual y colectiva, para facilitar el encuentro del otro con Dios, no sirve para nada”.
“La comunicación católica tiene como objetivo principal facilitar ese encuentro del hombre con Dios, y dejar que él haga el resto”, ha recordado. Asimismo, ha señalado que la única forma de hacer una comunicación verdaderamente transformadora es “saliendo al encuentro”.
“A veces es muy complicado que alguien que no ha sido tocado por la gracia del encuentro pueda comunicarlo”, ha subrayado. “Se pueden aplicar y se aplican técnicas de comunicación y de marketing, pero si de verdad no hemos tenido ese encuentro la comunicación no será transformadora desde la perspectiva cristiana”. Y, del mismo modo, “hay que ir al terreno, dejarse enriquecer por el otro”.
López ha apuntado, por otro lado, que la comunicación cristiana no puede ser autoreferencial, “aquella que se emite desde el púlpito, sino que se crea con los otros”. “Tenemos a veces un error en la comunicación de la Iglesia que es pensar que el objetivo de la comunicación somos nosotros. Y la verdad es que el objetivo son los otros, las personas a las que les estamos hablando”, ha explicado.
“Caemos a veces en la tentación de hablar de nuestro carisma, de nuestro fundador, de nuestros proyectos y olvidamos que aquello que de verdad debemos comunicar es a Cristo”, ha apostillado. “A través del carisma, del fundador… pero a Cristo. No es una comunicación de arriba hacia abajo, sino transversal“.