La Conferencia del Episcopado Mexicano llamó al pueblo de Dios a sumarse a este esfuerzo convirtiéndose en verdaderos artesanos de paz
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) lamentó las “gravísimas circunstancias de violencia e inseguridad que persisten en diferentes estados y ciudades del país”, por lo que llamó a todo el pueblo de Dios a aportar su mayor esfuerzo para ser artesanos de paz.
En un comunicado firmado por el presidente de la CEM, el arzobispo Rogelio Cabrera López, y el secretario general, el obispo Ramón Castro Castro, la Iglesia mexicana se comprometió a encabezar este esfuerzo, por lo que giró instrucciones a todas las comisiones y dimensiones nacionales y diocesanas para incluir el tema de la paz de una forma transversal en sus pastorales.
“Con creatividad inspirada por el Espíritu Santo, y en diálogo con todos los hombres y mujeres de buena voluntad, recorramos los caminos de la construcción de la paz. Nuestra Madre Santa María de Guadalupe nos acompañará en este caminar”, señalaron los obispos.
Este mensaje -inspirado en la 55 Jornada mundial de la Paz con el tema “Educación, trabajo, diálogo entre generaciones: herramientas para construir una paz duradera”- busca ser en este momento una palabra de consuelo, cercanía y acompañamiento para quienes sufren a causa de distintas formas de violencia en México.
“Una palabra de aliento –explica el texto– a quienes viven comprometidos con la construcción de la paz y a quienes son responsables del entramado institucional que permite que la paz sea posible para todos”, pero también “un llamado a la conciencia de todos los que causan sufrimiento y muerte, para invitarlos al arrepentimiento y conversión”.
Asimismo, los obispos exhortaron a todos los hombres y mujeres de buena voluntad para que en las distintas etapas y circunstancias de la vida no olviden que el mínimo gesto en favor de una paz digna y duradera es valioso e insustituible.
“Tenemos voluntad de sumarnos a los esfuerzos de todas y todos los constructores de la paz y nos comprometemos a caminar con ellos”, apuntaron.
Tras señalar que la Iglesia es consciente de que la construcción de la paz es una tarea que pide atención permanente y que debe realizar en el corto, en el mediano y en el largo plazo, los obispos propusieron trabajar con las herramientas que el papa Francisco ha propuesto para construir una paz duradera: educación, trabajo y diálogo.
En este sentido, hicieron un llamado para que no falte en las escuelas la educación en la paz, “para que todos los niños y jóvenes sepan que un México en paz es posible”; que todos los hombres y mujeres en edad de trabajar puedan conseguir un empleo digno y bien remunerado, y que se promueva el diálogo entre los jóvenes y los abuelos para fortalecer las familias.
“México, como todas las naciones, tiene que orientar y emprender su camino hacia una vida en paz, con salud y sustentabilidad. Para ello necesitamos participar, aportar y colaborar todos, como personas, comunidades e instituciones responsables”, concluyeron los obispos.