“Aquí no cabe eso que a veces oímos de ‘en otros sitios hay más casos de abusos y menos control’. Aceptemos cada uno de nosotros la parte que nos corresponde por no haberlo sabido hacer”. Así de contundente se mostró hoy el secretario general de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Jesús Miguel Zamora, durante la cumbre antiabusos de la Vida Religiosa, que busca sumar esfuerzos y caminar juntos en la respuesta a esta lacra.
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Para el religioso, “no se trata de vernos en una carrera de quién tiene más o menos casos de abuso. Uno solo ya nos hace sentirnos muy dolidos y queremos poner el mejor y más eficaz remedio para que estas situaciones no se repitan nunca jamás. Y si se han dado ya, ver cómo atenderlas sin compararnos con nadie”.
Al comienzo de su intervención, Zamora quiso pedir perdón a las víctimas por “no haber obrado correctamente en algo que, como entidades de Iglesia, deberíamos haber cuidado, como son los espacios seguros y de confianza para nuestros niños, jóvenes y adultos vulnerables”.
Ayuda mutua
Durante su alocución, hizo hincapié en la necesidad de unir fuerzas para que lo que ha pasado no se repita. “Queremos encontrar los mecanismos y ayudarnos unos a otros a encontrar caminos en la prevención de los abusos, porque nos interesa que nuestras realidades educativas, pastorales, asistenciales o las que sean, ofrezcan el lugar seguro para menores y personas vulnerables”, afirmó con rotundidad.
Según el hermano de La Salle, “desde la CONFER hemos intentado servir de vehículo de formación, de cauce para compartir inquietudes y formas de hacer bien las cosas, no porque haciéndolo así acallamos nuestra conciencia y mitigamos el dolor infringido, sino porque algo que nos ha caracterizado siempre a las congregaciones religiosas ha sido que queremos servir a los niños y jóvenes con honestidad, cuidado y dedicación desde los diversos ámbitos en los que nos movemos y hacerlo de manera eficaz, segura y convencida”.
Y “como algo se nos ha escapado y no hemos sabido controlar y ha originado dolor y angustia en muchas personas, nos convocamos a jornadas como esta para seguir aprendiendo”, añadió. Y es que la CONFER “ve la necesidad, surgida en vuestros institutos, de encontrar caminos, vías de solución, apoyos a una labor exigente que requiere toda nuestra atención para responder a las situaciones en las que estamos comprometidos de la manera más profesional, pastoral y eficaz posible frente al tema de los abusos”.
Comprometidos con el Evangelio
Tal y como remarcó en su intervención, “nos apura el deseo, como siempre hemos hecho, de ser servidores del Evangelio de manera convencida, aunque en ese camino, algunos de los nuestros (sea cual sea la relación que tenemos o hemos tenido con ellos) han traicionado la confianza y actuado de manera reprobable”.
El encuentro nacía con la necesidad de buscar respuestas juntos. “Es un camino de ayuda, unos con otros y unos para otros, porque las instituciones de la vida consagrada quieren ser lugar seguro de acompañamiento y crecimiento responsable para los niños, jóvenes y adultos vulnerables a los que atendemos. Es nuestro compromiso con el Evangelio y queremos hacerlo bien, aunque cueste y sea doloroso”, reafirmó Zamora.
Tras su intervención, el jesuita Miguel Campo, profesor de Derecho Canónico de la Universidad Pontificia Comillas y asesor jurídico de la CONFER; Isabel Llauger, experta en comunicación; y Javier Valiente, director de comunicación de Inspectoría Salesiana Santiago El Mayor, ofrecieron herramientas, cada uno desde su rama, para plantar cara a los abusos.
