Luis Ángel de las Heras: “La vida consagrada es reflejo de la belleza de Dios y de su Reino”

El coloquio ‘Caminando juntos’, moderado por la religiosa Silvia Rozas, ha reflexionado a la luz de la próxima Jornada de la Vida Consagrada, que se celebra el próximo 2 de febrero

Nuevo obispo de León

La vida consagrada se ha unido esta tarde en el coloquio ‘Caminando juntos’, moderado por la religiosa Silvia Rozas, para hablar sobre la Jornada de la Vida Consagrada, que se celebra el próximo 2 de febrero. Bajo este lema, los consagrados se unen al camino sinodal que se inició en octubre de 2021 y que culminará en octubre de 2023.



El coloquio ha comenzado con la intervención del claretiano Luis Ángel de las Heras, obispo de León y presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, quien ha subrayado que esta “es reflejo de la belleza de Dios y de su Reino”. Una belleza que “está en la unción, en la santidad, en la contemplación, en la acción… En las manos manchadas del compromiso de una vida de respuesta a la santidad. No dejemos nunca de percibir la belleza de la vida consagrada”.

Y es que la vida consagrada está formada por “hombres y mujeres que tienen como modelo de vida la pasión de Cristo. Para la vida consagrada, caminar juntos significa hacerlo en cada una de las formas fundamentales de esa belleza que se da en la consagración, la escucha y la misión”.

Caminar juntos

Durante sus intervenciones, los participantes han reflexionado acerca de cómo puede la vida consagrada caminar de forma conjunta respetando los discernimientos y el carisma de cada uno. Ante ello, Laura Zamora, profesora y miembro de la Fraternidad Misionera Verbum Dei, ha señalado que “tenemos que saber que la Iglesia es un poliedro, como dice el papa Francisco, donde se guardan las diferencias, porque cada una tiene algo que aportar”. En el caso de la vida consagrada, “cada carisma tiene algo que aportar a la Iglesia y a la humanidad. La Iglesia es, entonces, una realidad única”.

Por su parte, fray Isidoro, abad del Monasterio Cisterciense de Santa María de Huerta, ha apuntado que “solo valorando el don de los demás podremos respetarlo profundamente. Pero, para eso, hay que conocerlos”.

En cuanto a qué puede aportar la vida consagrada al camino sinodal, la teóloga Margarita Saldaña, que trabaja en cuidados paliativos en un hospital de Francia, ha afirmado que va “descubriendo que la sinodalidad es constitutiva no solo de la Iglesia, sino del ser humano. Y es así porque no logramos desarrollarnos sin el otro, sin mirar al otro. Caminar juntos no es una moda, sino un presupuesto básico para disfrutar de nuestra condición humana. Dependemos de los demás”.

Por último, Xabier Gómez, OP, director del Departamento de Migraciones de la CEE, ha reflexionado acerca de la sinodalidad con las personas migrantes. Así, ha apuntado que “las personas migradas están revitalizando nuestras comunidades, y esto es un hecho. Pero no sé si estamos estableciendo un diálogo, una integración real. Hay que estar abiertos a crear algo nuevo, estar dispuestos a ello”.

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