“Como hemos visto en tantas partes del mundo, las personas ya no se fían de la justicia interna de la Iglesia, porque quieren entender de fuentes independientes y objetivas lo que ha pasado”. El jesuita alemán Hans Zollner, presidente del Instituto de Antropología-Estudios interdisciplinares sobre Protección y Dignidad Humana (IADC) de la Universidad Pontificia Gregoriana, es partidario de que los episcopados locales propicien la puesta en marcha de comisiones de investigación externas que arrojen luz sobre el drama de la pedofilia eclesial.
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Es un camino que ya han realizado las Iglesias locales de países como Francia y Alemania, mientras que Portugal puso en marcha a mediados de este mes un grupo de trabajo especializado para este fin, coordinado por un neuropsiquiatra infantil y del que forman parte diversos profesionales de diferentes ámbitos. La Conferencia Episcopal Italia (CEI), que en principio se mostraba contraria a la puesta en marcha de este tipo de iniciativas, también podría abrirse ahora a poner en marcha una comisión. Ilustró el cambio de postura el cardenal Gualtiero Bassetti, presidente de la CEI y arzobispo de Perugia-Città della Pieve, aclarando eso sí que el trabajo partirá de las propias diócesis.
Datos reales, no proyecciones
“Este tipo de postura metodológica ‘desde abajo’ nos consentirá tener un cuadro que no parta de las proyecciones o de las estadísticas, sino de lo vivido en las Iglesias locales. Nuestro intento, marcado por la toma de conciencia y la transparencia, es el de llegar a los números reales”, comentó Bassetti en una entrevista con el Corriere della Sera publicada el pasado sábado.
El episcopado español ha optado por el momento por no poner en marcha ninguna comisión independiente sobre abusos y dejar que sea cada diócesis la que actúe por su cuenta ante las denuncias que lleguen. Tras reunirse con el papa Francisco el pasado 14 de enero en el marco de las visitas ‘ad limina’, el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, defendió esta postura por ser “más cercana y humana”. También aclaró entonces que a la Santa Sede “le parece bien que cada diócesis tenga su comisión”.
Obligada por el Estado
Preguntado en una entrevista en Rai Radio Uno por el cambio de postura en el episcopado italiano, Zollner advirtió que la Iglesia se enfrenta a dos opciones frente a la exigencia de la opinión pública de crear comisiones sobre los abusos. “O decide crearlas por su cuenta y ordenar la investigación a personas independientes, como ha ocurrido en Francia o Alemania, o llegará un momento en el que se verá obligada por el Estado a adherir a estos procesos”.
Para este jesuita, considerado uno de los mayores expertos en la lucha contra la pederastia eclesial, debe ser la propia Iglesia la que “comience a arrojar luz sobre estos hechos”, pues en caso contrario “serán otros quienes van a gestionar este asunto”. La alternativa de abrir oficinas de escucha en las diócesis resulta a su juicio insuficiente: puede suponer “un inicio”, pero la realidad hoy es que “muchas víctimas” ya no se fían de las instituciones eclesiales.