“Estamos estrenando y aprendiendo un nuevo modo de ser Iglesia, trazos sinodales que nos relanzan a recuperar la profecía, teniendo el Evangelio como única regla de vida”. Así ha expresado la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) con motivo de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, que se realizará este 02 de febrero.
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Además han asegurado que en tiempos de incertidumbre a causa de la pandemia “cuando las nuevas cepas emergen y se instalan haciendo sombra al camino”, los religiosos y religiosas “nos sentimos protagonistas de un tiempo que sacude nuestras seguridades”.
Escucha y discernimiento
En tanto “seguimos decididamente caminando hacia la configuración de una Vida Religiosa con rostro Intercongregacional, Intercultural e Itinerante”, porque “nos encontramos viviendo con intensidad el tiempo presente, abrazados por la incertidumbre e intentando generar respuestas a las tantas preguntas que nos rodean”.
Por ello, han invitado a los consagrados a renovarse y salir con “la luz del Evangelio al encuentro del Señor y de nuestros hermanos, cuidando del mundo con hechos y gestos que hablen del Dios compasivo que habita y repara los corazones heridos”.
Asimismo ven con esperanza “la presencia de los signos del Reino de Dios, que llevan por caminos nuevos a la escucha y al discernimiento” en el contexto del Sínodo de la sinodalidad.
“El proceso sinodal es un significativo espacio de encuentro y apertura para la transformación de estructuras eclesiales y sociales que permitan renovar el impulso misionero y la cercanía con los más pobres y excluidos”, acotaron.
Mentalidad sinodal
La CLAR ha señalado que la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe reconoció la contribución que la Vida Consagrada viene haciendo para “generar una creciente mentalidad y práctica de sinodalidad en nuestra Iglesia”.
“Este reconocimiento confirma nuestro compromiso de crear las instancias para promover conversatorios entre nuestros obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y laicos, para compartir, crear confianzas y desarrollar tareas en conjunto frente a los temas de vida”, acotaron.
En este sentido, “el estado de Asamblea Eclesial que vive América Latina y el Caribe es un kairós, un tiempo propicio para la escucha y el discernimiento que nos conecta de forma renovada con las orientaciones pastorales de Aparecida y el magisterio del papa Francisco”.
Foto: Cathopic