Misión América busca que la cooperación no sea una mera “política residual”

La entidad de los misioneros celebra su asamblea general con la mirada puesta en el 30 aniversario de la entidad y la necesidad de promover la fraternidad como única salida de la crisis

Misión América busca que la cooperación no sea una mera “política residual”

En 2023 la oenegé Misión América cumplirá 30 años, por ello, en su asamblea general ya miran este número redondo y ha reforzando la apuesta decidida por la sensibilización y la educación para el desarrollo. La entidad que agrupa a diferentes misioneros españoles que trabajan o han trabajado en América Latina y África defiende que la fraternidad humana es la salida para la actual crisis mundial.



La senda de la fraternidad

A través de un encuentro telemático se ha aprobado el inicio de los trabajos de elaboración del nuevo Plan Estratégico 2023 – 2027, además de repasar algunas cuestiones organizativas y de gestión. Los distintos representantes de las diferentes delegaciones han resaltado el testimonio misionero que es sólido y coherente y que “logra hacer realidad proyectos de cooperación para el desarrollo, contribuyendo siempre desde la justicia social en los pueblos y con las gentes con las que los misioneros desgastan su vida y compromiso”, según señalan desde la entidad en un comunicado. Para la oenegé de los misioneros para los misioneros la fraternidad también se vive desde la propia asociación. Por ello ha renovado su compromiso de colaboración con REDES (Red de Entidades para el Desarrollo Solidario).

Para su presidente, Fernando Redondo, solo “desde la fraternidad humana, caminando todos juntos, podremos salir de las situaciones constantes de desigualdad y pobreza de todo el mundo”. Por ello, ha alabado “las vías de actuación y solidaridad necesarias para poder abordar de manera integral el cuidado de todos los hombres y las mujeres, de todo el mundo, para evitar las situaciones que está provocando el coronavirus y otras pandemias menos conocidas en los titulares”. Redondo ha incitado a dar el paso para “entender la cooperación para el desarrollo como una política trasversal, como un principio primario y no secundario, y dejar de entender la cooperación para el desarrollo como una política residual”. Por ello, ha destacado que “el nivel de solidaridad de una sociedad debe tener siempre en cuenta su compromiso con la cooperación para el desarrollo, la cooperación internacional, y lo mismo ocurre con las políticas públicas, que si no son acompañadas de acciones concretas de cooperación para el desarrollo quedan desvirtuadas”.

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