El sacerdote Andrés Arango, de Phoenix, utilizaba la fórmula “nosotros te bautizamos” frente al empleo de la primera persona del singular
“Me siento triste, el bautizo es el primer sacramento. yo pensaba que estaba bautizada”, ha señalado Araceli, una feligresa de la parroquia San Gregorio de Phoenix, en Arizona (Estados Unidos), tras conocer la decisión de la diócesis de anular todos los bautizos realizados por el párroco Andrés Arango. El motivo de dicha anulación es que empleaba la fórmula “nosotros te bautizamos” frente al empleo de la primera persona del singular: “Yo te bautizo”.
Los canonistas han determinado que este cambio en la parte central del sacramento del bautismo haga que sea declarado nulo. Por lo tanto, los miles de feligreses que han sido bautizados en dicha parroquia por el sacerdote Arango no son ahora reconocidos como fieles cristianos católicos por la diócesis, que ha recomendado a los implicados volver a bautizarse. Para ello, se ha establecido un formulario en la página web para gestionar el nuevo rito.
“Esta determinación se tomó después de un cuidadoso estudio por parte de los funcionarios diocesanos y mediante consultas con la Congregación para la Doctrina de la Fe en Roma”, ha señalado en una carta a los fieles el obispo Thomas J. Olmsted. “El problema de usar “nosotros” es que no es la comunidad la que bautiza a una persona, sino que es Cristo, y solo Él, quien preside todos los sacramentos, por lo que es Cristo Jesús quien bautiza”, explica el prelado. “No creo que el Padre Andrés tenía intenciones de perjudicar a los fieles ni de privarles de la gracia del bautismo y de los sacramentos. En nombre de nuestra Iglesia local, yo también lamento sinceramente que este error haya provocado la interrupción de la vida sacramental de algunos fieles”, apunta.
Por su parte, el sacerdote también ha escrito una carta en la que lamenta “saber que he realizado bautismos inválidos a lo largo de mi ministerio como sacerdote usando regularmente una fórmula incorrecta. Lamento profundamente mi error y cómo esto ha afectado a numerosas personas en su parroquia y en otros lugares. Con la ayuda del Espíritu Santo y en comunión con la Diócesis de Phoenix, dedicaré mi energía y mi ministerio a tiempo completo para ayudar a remediar esto y sanar a los afectados”. El párroco ha renunciado a su cargo en la parroquia y un grupo de feligreses han recogido más de 300 firmas para reunirse con el obispo como muestra de apoyo al sacerdote.