La matemática sevillana Clara Grima ha entrado en la lista Forbes de los protagonistas del cambio para 2022. Matemática y divulgadora, coriana hasta la médula, Medalla de Oro de Sevilla y, por encima de todo, madre e hija. A ‘Mati’, docente e investigadora, le salen los homenajes por todas partes. Autora de libros como ‘En busca del grafo perdido’, ‘Hasta el infinito y más allá’ o ‘Que las matemáticas te acompañen’, en otoño acudirá como ponente al Congreso Mundial de Matemáticas para hablar de la divulgación científica, porque, aunque ella no se lo crea, es una ‘influencer’ de primera línea.
PREGUNTA.- ¡Una matemática en la lista Forbes de los personajes más influyentes del año!
RESPUESTA.- ¡Dónde vamos a llegar! (risas). La verdad es que me ha sorprendido más que a vosotros, pero pasada la primera impresión, me paré a pensar que está muy bien que las matemáticas –aunque sea yo “el vehículo”– sean consideradas como instrumento para modificar la vida. Aunque, yo, con modificar un poco la visión de la disciplina y terminar con la ansiedad social que generan, me daría por satisfecha. (…)
P.- ¿Se pueden conjugar las matemáticas con la espiritualidad?
R.- Las matemáticas son una parte consciente del cerebro y, aunque no soy creyente, me lo paso muy bien con mis momentos “místicos”… Aunque no te niego que podemos estar en las antípodas, aunque ha habido matemáticos muy creyentes.
P.- Si tuviera que definir matemáticamente la fe, ¿cómo sería?
R.- El concepto de fe se opone con el de la matemática, porque la base es la demostración. La fe es creer y, en mi disciplina, siempre hago el chiste de que “lo mejor que has aprendido cuando acabas la carrera es no creerte nada que no puedas demostrar”.
P.- ¿Y el Papa necesitaría un asesor matemático?
R.- Todos necesitamos un asesor matemático. A Francisco le presupongo leído en informes y con formación para entender las matemáticas. Toda persona con una gran responsabilidad, como él, se asesora bien y seguro que hay una buena corte de compañeros que le ayudan.