“La vida es un derecho, no la muerte, que debe ser acogida y no suministrada”. El papa Francisco dejó este “principio ético, válido para todos, no solo los cristianos o los creyentes”, en la audiencia general que presidió este miércoles en el Aula Pablo VI del Vaticano, en la que continuó con su ciclo de catequesis sobre san José para presentarlo como al “patrón de la buena muerte”.
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Afrontando la cuestión del suicidio asistido, el Pontífice invitó a no confundir la ayuda que ofrece la medicina con los cuidados paliativos con “derivas inaceptables que llevan a matar”. La muerte, subrayó, debe ser “acompañada” y no puede “provocarse o ayudarse ningún tipo de suicidio”. Ha de privilegiarse en cambio “el derecho al cuidado para todos, de manera que los más débiles, en particular los ancianos y nos enfermos, no resulten nunca descartados”. Las personas mayores, señaló una vez más, tienen que ser cuidadas “como un tesoro de la humanidad”.
No al “encarnizamiento terapéutico”
El Papa habló ante los fieles y peregrinos presentes en la audiencia general de la voluntad existente en la sociedad contemporánea de tener “bajo control la llegada de la muerte” y recordó que ésta “no se puede evitar”, por lo que después de hacer “todo lo humanamente posible para curar a la persona enferma, resulta inmoral el encarnizamiento terapéutico”.
No pareció casual que Francisco se acordara en su catequesis al hablar de las personas ancianas de Benedicto XVI, que un día antes había hecho pública su carta en la que pedía perdón por los abusos sexuales a menores cometidos por eclesiásticos y defendía su inocencia en los cuatro casos en que no habría actuado con suficiente contundencia contra sacerdotes pederastas, según el reciente informe de la archidiócesis de Múnich. “El papa Benedicto decía hablando de sí mismo que está ‘delante de la puerta oscura de la muerte’. Es un buen consejo que nos ha dado”, dijo Francisco.
Paz para Ucrania
Aunque la llamada “cultura del bienestar” trata de ocultar la realidad de la muerte, la pandemia de coronavirus la ha vuelto a poner en evidencia “de manera dramática”. “Ha sido terrible: la muerte estaba por todos lados y tantos hermanos y hermanas han perdido a sus personas queridas sin poder estar cerca de ellas, lo que ha hecho la muerte aún más dura de aceptar y de elaborar”, destacó el Pontífice.
Al final de su catequesis, Jorge Mario Bergoglio hizo un nuevo llamamiento por la paz en Ucrania ante la escalada de tensión que vive este país de Europa oriental debido al posible peligro de una invasión rusa. “Continuemos suplicando a Dios la paz, para que las tensiones y amenazas de guerra sean superadas a través de un diálogo serio”, dijo el Papa, esperando que tenga éxito la vía diplomática para resolver este conflicto. “¡No olvidemos que la guerra es una locura!”