Después de 17 años como obispo diocesano de San Rafael (Mendoza), Eduardo María Taussig se despidió de la comunidad este fin de semana, en la Catedral de San Rafael.
Quiso celebrar la última misa, al finalizar su ministerio episcopal, en honor de la Virgen ya que ella como Madre está “en los momentos más difíciles de la historia de la Iglesia, también está presente en nuestros corazones en este momento”.
Ante los fieles que lo acompañaron en la celebración: “Me hago cargo de la sorpresa, el dolor y la tristeza de muchos de ustedes y también de lo que cuesta este momento de la vida diocesana”.
El obispo tuvo palabras de agradecimiento para Dios y a todos los que, con generosidad, nobleza y caridad, construyeron una Iglesia viva que el Espíritu Santo quiere animar, tanto en la diócesis como en las comunidades y parroquias. “Son muchos más los momentos de gozo, alegría, fecundidad, que hemos vivido en la diócesis, que los momentos dolorosos”, aseguró.
Agradeció las oraciones, los ofrecimientos de dolores y enfermedades, porque lo sostuvieron al él y a toda la Iglesia. “Sigan haciéndolo”, suplicó.
Asimismo, se tomó un tiempo para disculparse ante la comunidad: “Pido perdón por todo lo que no pude hacer mejor, o que hice mal, o que no supe hacer como esperaba la providencia de Dios y le pido al Señor que todos podamos perdonarnos para que las heridas del pasado cicatricen y para que podamos, con mucha humildad y con la gracia y acción del Espíritu Santo, poder mirar para adelante”.
Aseguró que seguirá unido y vinculado a la diócesis desde la oración, en esta su dimensión más profunda y espiritual. Pidió que recen por él para continuar acompañando la Iglesia diocesana, y se comprometió a rezar por todos para seguir el ejemplo de la Virgen orante que estuvo detrás de la misión evangelizadora de la Iglesia.
El vocero de la diócesis, Pbro. José Antonio Alvarez, comentó en la página diocesana que la diócesis sufrió una crisis muy importante, a partir del cierre del Seminario local. Si bien, durante estos dos años, la situación se fue ordenando, no se pudo superar. Desde el inicio del conflicto, Taussig, puso el cargo a disposición del Santo Padre, acción que reiteró en algunas ocasiones hasta la comunicación papal.
Otro punto de conflicto tuvo que ver con las restricciones que el obispo impuso, durante la pandemia, para impartir la Eucaristía. Hubo resistencia de algunos sacerdotes que no acataron esta decisión, generando un clima de confrontación en la diócesis.
Con la aceptación de la renuncia de Eduardo Taussig, el papa Francisco nombró como Administrador Apostólico a Carlos María Domínguez OAR, actual obispo auxiliar de la arquidiócesis de San Juan.