Ernesto Gasco, Alto Comisionado del Gobierno para la lucha contra la Pobreza Infantil, se ha mostrado “esperanzado” ante los movimientos del Gobierno para poner en marcha una investigación de los abusos en el seno de la Iglesia. “Se llega tarde pero, por lo menos, se llega”, ha declarado el político que desveló hace unos meses haber sufrido abusos sexuales cuando era menor en el colegio religioso al que acudía.
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El paso del tiempo
En un entrevista concedida a Europa Press, Gasco ha defendido que “en democracia se llegará tarde pero se va a llegar. Con el franquismo no hubiera podido ni presentar la denuncia. ¿Quién iba a creer a un niño de 7 u 8 años en aquella época cuando el estado era confesional y las autoridades eran las que decidían lo que estaba bien y mal? En eso tiene razón nuestro presidente, se llega tarde pero por lo menos se llega y eso es un logro de la democracia”.
Gasco ha confesado, sobre sus abusos, que “han pasado 50 años para que lo pudiera verbalizar y recordar porque lo arrinconé totalmente, no sé en qué parte de la memoria. Es algo de lo que no te sientes nada orgulloso, que te avergüenza, no quieres vivir con ello y lo arrinconé y no lo conté nunca. Es un hecho doloroso”. Ahora, se felicita por la investigación coordinada por el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo –a quien apoya sin fisuras–, en la que “las víctimas pueden ser escuchadas con tranquilidad, sosiego y discreción”.
Escuchar a las víctimas
Para este cargo de designación política, “la vía que ha abierto el presidente, Pedro Sánchez, es la que más me reconforta como víctima, mucho más que los intereses partidarios. Las víctimas ya sufrimos lo nuestro y ahora es el momento de que se nos pueda escuchar y de hacer un informe, y el conjunto de España se dignifique con la verdad y con el relato”, ha declarado. Espera que esta comisión haga un trabajo “serio y riguroso” lejos de los “focos mediáticos” para que el Congreso siga “ampliando leyes para evitar que se vuelvan a producir estos abusos y no se amparen sistemáticamente”.
Además, Gasco ha admitido que ha recibido una llamada de responsables del colegio Sagrado Corazón de Mundaiz, en San Sebastián, donde sufrió los abusos. Agradecido por el gesto, reveló que los religiosos “han empatizado conmigo, me han reconocido que los abusos se podían producir aunque no haya una constancia escrita, porque en los años 70 eran temas verbales, no se dejaban documentos al respecto. Pero el hecho de un reconocimiento hacia las víctimas y hacia el dolor sufrido, ya me parece positivo”. Por ello, ha pedido a la Iglesia “que colabore” en esta investigación.